jueves, 20 de diciembre de 2012

8/ Benicia, Justino y el deseo añejo




            Justino se acerca a la higuera apoyado en el bastón, tantea algunos higos y elige uno maduro. Benicia lo observa desde la silla donde cose unas enaguas. Él abre el fruto con delicadeza y una sonrisa le estira las arrugas de la cara. Se vuelve hacia su mujer, que rápidamente baja la vista cansada a la costura, y unos hoyuelos como dedales se le marcan en las mejillas surcadas. Benicia se pincha un dedo con la aguja, se lo lleva a la boca y alza la mirada.
            —¡Cómo me engatusaste, zalamero! —le dice. Luego alarga la mano para recibir la mitad del higo que Justino le ofrece abanicando la sonrisa—. ¡Anda, pon los higos a secar, zamacuco!
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Con este microrrelato participo en la iniciativa de Acuática para que escribamos "Un cuento antes del fin del mundo". Si queréis esperar leyendo, AQUÍ encontraréis más de sesenta microrrelatos que son como el Amén de la literatura.



sábado, 15 de diciembre de 2012

Condonación




            Acababas de nacer, es lógico que no lo recuerdes, aunque tú no necesitas recordar. Sin embargo, yo no he podido olvidarlo, tenía diez años y a esa edad aquella atrocidad me marcó para siempre. Vinieron a por ti, pero alguien había alertado a tu padre de lo que ocurriría y huisteis. Se llevó el oro, eso sí, mas fue tan ruin que no avisó a nadie y los mataron a todos. Acumulé el odio y el rencor hasta hacerme mayor. Con veinte años abandoné el pueblo con la idea firme de matarlo. Encontré un oficio que me permitía conocer gente de todas las comarcas y así di con vosotros. Tu padre ya había muerto y dirigí hacia ti mis deseos de venganza, no en vano tú fuiste el motivo. Siempre estabas rodeado de hombres rudos y me fue imposible acercarme sin levantar sospechas. Sin embargo, flaqueé en mi intención al escuchar tus palabras y observar tus hechos. Serías la causa, pero eras buena persona y no pude. Te perdoné como confío en que me perdones tú a mí por clavar esta lanza en tu costado para que no sufras más.
* * *

Con este microrrelato participé en la propuesta del mes de diciembre (con el tema «Aquella Navidad, de niño...») del blog Esta noche te cuento.

Terminad de comer el mazapán, poned vuestra mascota ratonil AQUÍ para leer el relato en el blog de los organizadores y, si os apetece, dejad allí vuestros comentarios.

jueves, 15 de noviembre de 2012

El ardor de las palabras





            Después de unos años creando el poema destinado a declarar su amor a la joven viuda —ahora ya madura—, por fin lo tenía acabado, quedándole tan solo decidir si en el verso mil seiscientos treinta era mejor poner una u otra palabra, cuestión esta a la que se consagraba durante las tres últimas semanas.
            Se sentía muy gozoso de haber hallado las locuciones precisas para sus cabellos sedosos, las cejas escarzanas, la recoleta mirada, el fulgor de su sonrisa, la constelación de lunares del cuello, su exuberante castidad, los gestos de gala y así hasta las uñas de los pies: de nácar irisado. Dudó mucho con los pechos, pero se dijo que debía ser decidido y los adjetivó como melíferos. Sin embargo, estaba dubitativo hasta la extenuación para escoger la palabra adecuada al sentir de su propio corazón.
            Una mañana que paseaba por el parque reflexionando sobre las pasiones que se abrirían o cerrarían por la decisión, le avisaron de que su casa estaba ardiendo. Al llegar a la devastada vivienda y ver los manuscritos calcinados, continuó preguntándose —ahora ya sin sentido alguno— si era más preciso decir que había sido el fuego o la llama.

* * *

Este microrrelato ha sido seleccionado como finalista en la propuesta del mes de noviembre (tema «Como el fuego») del blog Esta noche te cuento

Poned vuestra manguera aquí para leer el relato en el blog de los organizadores y, si os apetece, dejad allí vuestros comentarios.

Creo que os arrancaré una sonrisa, pues sospecho que todos tenéis algo de poetas.

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El relato ha sido incluido en el libro Esta noche te sueño


lunes, 5 de noviembre de 2012

Perverso Morfeo


Cuadro La siesta de Van Gogh


            Estaba con la inaccesible mujer de mi vida, la que siempre deseé. Había sido ella la que se fijó en mí y me sedujo. Era como estar en un sueño del que no quería despertar, y me quedé dormido. 

lunes, 22 de octubre de 2012

Escroton Volador


            Del latín scrotum voláre. Insecto que suele habitar en ciénagas y zonas pantanosas próximas al mar. Fácil de identificar por disponer de dos alas en forma de testículos, una verde y la otra roja. Si se observa verde-roja es que viene, y si es roja-verde se está alejando. Su picadura puede producir daños irreparables a los daltónicos.


sábado, 6 de octubre de 2012

Los deberes de JuanLu


Juan Luis López Anaya ha pasado al contraataque. Me pidió que le creara unas greguerías (pido perdón a don Ramón) y luego un micro para sus ilustraciones. Sea.

El beso. Pinchad en la imagen:

Incluido en la página 42 del libro Greguerías Ilustradas que podéis visionar pinchando en la imagen:


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El unicornio


"Unicornio es un marido al que casi le ponen los cuernos"

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Luego solicitó a todos sus proveedores, ahora clientes, unas líneas para este dibujo. Podéis ver el resto de trabajos pinchando aquí.




Y vino Dios y lo vio
—¿Recordáis cuando no se creían que lo haríamos?—dice el labrador
—Sí, por fin el 99% de la población tiene el 100% de la riqueza—responde el albañil
— ¿Y ese?—pregunta el panadero
— No te preocupes, es un soberbio, no cejará hasta que se lo devolvamos —dice el maestro escuela.






domingo, 30 de septiembre de 2012

El pescador de lágrimas. Ilustrado por Juanlu


(Ilustración de Juan Luis López Anaya)

            En Ibiza, enganchada entre sus redes, un pescador ha recuperado un ánfora fenicia llena de lágrimas. Lo supo por el aroma de llanto. Son de las mujeres de los pescadores que la mar se quedó. En una de ellas, la más grande y cristalina, le ha parecido ver el rostro de su padre y ha sentido la fragancia de su madre.
            Después de abismar la vasija en el azul y empujado por brisas de gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de abrazar a su mujer y decirle a su madre, con voz afable, que ya no hace falta que vuelva a llorar en el acantilado.
(Ilustración de Juan Luis López Anaya)

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Cuando terminé de escribir este relato supe, sin saberlo, que lo había escrito para que Juanlu dibujara la leyenda. ¡Gracias! Para los que no le conozcan, no dejéis de visitar su blog Ilustraciones para un loco.
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Con este microrrelato participé en la propuesta del mes de agosto (azul, marino) del blog Esta noche te cuento



viernes, 14 de septiembre de 2012

La cadena en "Cuentos para el andén"


Esta mañana, al levantarme, no me he visto en la cama y me ha extrañado. He ido al cuarto de baño, suponiendo encontrarme allí, pero tampoco estaba. Asustado he despertado a mi mujer y se lo he dicho:
— Cariño, que me he levantado y no me encuentro.
— Eres tonto, para esa idiotez me despiertas...
Me he vestido rápidamente, y sin afeitarme, pues nunca supe hacerlo sin verme, bajé al garaje. Faltaba el coche rojo de mi mujer, por lo que supuse que me lo habría llevado yo. Cogí el mío azul y me fui a trabajar.
Al llegar a la empresa vi que mi plaza de garaje estaba vacía, y me sorprendió que yo ya no hubiera llegado. Subí a mi despacho, esperando encontrarme allí, pero no estaba.
Cuando vino mi secretaria le pregunté:
— Nuria, por favor, ¿me has visto llegar esta mañana?
— No...Vengo de por un café.
— Bueno, pues si me ves dímelo, y hazte a la idea de que no he venido hasta entonces —y me encerré en el despacho, preocupado por lo que me hubiera pasado.
Despaché los asuntos más urgentes pues no quería que cuando llegara tuviera el trabajo retrasado. Siempre me ocurre lo mismo, y es que cuando me concentro me olvido de lo demás, y así llegó la hora de comer. Me pasó a buscar el jefe y me dijo:
— No te he visto esta mañana desayunando...
— Ni yo mismo me he encontrado, ni desayunando ni en ningún otro sitio, tengo un lío impresionante... así que he aprovechado mi ausencia para poner todo al día.
No tenía yo el cuerpo para comer, de modo que me disculpé y le pregunté a Nuria si había tenido llamadas.
— Si, pero... me has dicho que como si no hubieras venido...ten, estos son los avisos.
Revisé rápidamente las notas, que si se aplazaba la reunión del lunes, que si habían traído el coche de mi mujer del taller, que si los componentes estarían para mañana y demás, pero el aviso que buscaba no estaba y me sorprendió, pues siempre que voy a llegar tarde llamo por teléfono. Me empecé a preocupar por lo que me hubiera pasado, pero seguro que me encontraba, pues no soy de los que se pierden por ahí.
Bajé al garaje, y me alegré de ver allí el coche rojo de mi mujer, señal de que andaba por allí. Subí rápidamente a la oficina y por más que me busqué no me encontré.
Me fui a casa preocupado, pero pensando que como siempre había en la fábrica algo urgente de solucionar, pues que en ello andaba.
Al llegar al hogar me sorprendí de que no hubiera vuelto. Pregunté a mi mujer:
— Hola cariño, ¿me has visto?
— Ni te quiero ver —me contestó—, mira que despertarme esta mañana en lo mejor del sueño para una patochada.
Miré por toda la casa y no me encontré hasta que abrí el cuarto de baño de los niños, y me dio una gran alegría verme sentado en la taza leyendo mi novela favorita.
— ¡Pero soy tonto!—me insulté—. Todo el día buscándome y me encuentro aquí sentado... ¿Se puede saber qué hago ahí? ¿No he pensado en ir a trabajar o qué? ¿Y no he pensado en mí? ¿Me puedo imaginar lo mal que lo he pasado? —Vamos que me eché una bronca de muy señor mío, mientras me observaba allí sentado.
— Verás —me respondí desde la taza—. Recuerdo que mamá dijo que no me levantara sin tirar antes de la cadena, y aquí estoy sentado desde anoche que me fui a acostar sin hacerlo. Y el que tenía que estar enfadado soy yo, que llevó veinte horas esperándome.
— No si al final voy a tener yo la culpa —me dije.

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Relato incluido en el número nueve de "Cuentos para el andén". Podeís descargar la revista en pdf pinchando aquí.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Junta extraordinaria. Finalista


El jurado de La Esfera Cultural para la convocatoria "Historias de portería" ha determinado que Junta Extraordinaria sea finalista. Si queréis leer el ganador y el resto de finalistas pinchad aquí.
Os dejo a continuación la grabación de La Voz Silenciosa y el relato, pues me hace ilusión que aparezca en el blog.









Todos los niños, menos uno, están en la calle. Echan una carrera de chapas. Hoy no juegan con el balón, por ello, la puerta del edificio no hace de la habitual portería del campo de fútbol callejero. En el tercer piso, desde el balcón que tiene ropa tendida, un chico observa a los chavales. Sale una mujer, da un pescozón al muchacho que se mete en la vivienda. La señora mira hacia abajo justo cuando llega un furgón funerario. Se santigua, retira del tendedero una camiseta de fútbol con el número nueve y desaparece.

Abajo, los niños han dejado de jugar y atisban, arremolinados, a dos empleados que, junto con el portero de la finca, descargan un féretro. Lo introducen en el interior. No cabe en el ascensor. Intentan subirlo por la escalera pero no toma la curva del descansillo. Los vecinos van apareciendo. Hablan. Los empleados funerarios colocan unos caballetes en el estrecho portal, la caja encima y se marchan.

Se abre la puerta del ascensor y aparecen dos hombres de pie, abrazados. Uno es el portero, el otro tiene aspecto cadavérico, con la cara amarilla, en la que el barniz no ha conseguido maquillar un hematoma redondo de unos veinte centímetros que ocupa medio rostro. Varios vecinos, como ven que no pone nada de su parte, ayudan a sacarlo y lo meten en el ataúd.

El portal se llena de sillas y mujeres. El portero sale a la calle y manda a los muchachos que se alejen. Obedecen, se van con sus chapas a la acera de enfrente. Hace aparición una mujer enlutada que llora, grita y besa al muerto. El zaguán no anda sobrado de espacio. Colocan una silla de formica en el ascensor y la viuda se sienta dentro.

Los que pasan por delante del edificio ven el cadáver expuesto en el féretro, como si echara un último vistazo a la vida. A la derecha, una fila de mujeres sentadas que hablan de las cosas de los vivos. Al fondo, el ascensor con la puerta abierta y la viuda como en una hornacina. A la izquierda, un liviano pasillo por donde transitan, a empellones, quienes quieren acceder a su piso o a condoler a la familia.

A las diez de la noche llega una joven vestida con traje de servir, lleva un soldado colgado del brazo. Se santiguan, dan el pésame a la viuda y se ocultan en el rincón oscuro bajo la escalera. Al rato, los gozos se confunden con los sollozos.

La viuda vela sin moverse de la silla. Alguien llama al ascensor y la mujer desaparece pero no tarda en descender. Le acompaña el portero que lleva una escalera de mano y un letrero. Le hacen hueco. Alguien susurra que es la última voluntad del muerto. El hombre coloca la escalerilla por encima del féretro y cuelga en la pared un cartel que dice «Se prohíbe jugar a la pelota».

La viuda, en el ascensor, se enjuga una lágrima perezosa.

domingo, 19 de agosto de 2012

Junta Extraordinaria



Si queréis leer el relato corto con el que acudo a la convocatoria de La Esfera Cultural sobre Historias de portería, pinchad aquí.

Si prefieres que te lo narre José Francisco Díaz-Salado, La Voz Silenciosa de La esfera Cultural, da al play:








sábado, 11 de agosto de 2012

El pescador de lágrimas



Con este microrrelato participo en la propuesta del mes de agosto (azul, marino) del blog Esta noche te cuento.

Echad vuestra red aquí para leer el relato en el blog de los organizadores.

Yo relato los hechos, vosotros imagináis la leyenda.

lunes, 6 de agosto de 2012

Los Montesdetoledo se suben a La nave de los locos

(Ilustración tomada del blog La Nave de los locos, alterada con una la fotografía mía)

Fernando Valls está publicando una serie de crónicas de viajes realizadas por los lectores de su blog La Nave de Los Locos, todos ellos escritores a su vez.
Le agradezco sinceramente que me haya dejado subirme a su Nave con una breve crónica de lo que sentimos Saly y yo al encontrarnos, a principios de julio, en un escenario histórico.
Me siento grumete.
Si queréis leerla, poned el ancla aquí.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Juventud quebrada


Al dormitorio en penumbra de los niños llegan frases agrietadas, palabras aserradas por manos que recogen las migas de pan sobre el hule de la mesa.
— ¿Por qué discuten?
— No discuten, hablan.
— Pero papá dice que se tiene que marchar y que se lleva a los mayores.
— Es porque aquí no hay trabajo.
— Pero mamá dice que Dios proveerá.
— Sí, aunque no se sabe cuándo.
— Entonces, ¿tú serás el que tengas que cuidar de mamá y de mí?
— Duérmete y no te preocupes.


viernes, 13 de julio de 2012

Mateo 7:1

(El Juicio Final, Miguel Ángel)

A Mar Horno (Finalista Anual Rec)

La risa un poco ronca y una barba que siempre pincha no me van a confundir. Has tenido un cuerpo varonil, has vivido como hombre y tu interior ha alojado un alma masculina, pero amaste y fuiste amado como mujer. Por lo demás, tampoco nada que objetar: ¡Pedro!, que se siente a mi derecha; ¡Lucas!, ¿quedan muchos para hoy?

martes, 26 de junio de 2012

Grises y anodinos

Seres anodinos, de Alvaro Peña

Algunas mañanas al levantarme no me reconozco. Empiezo a vestirme con la ropa de mi mujer sin darme cuenta hasta que llego al baño y descubro que no sé pintarme. Cuando se levanta ella pueden ocurrir dos cosas, que me diga «¡qué payaso!» o que se presente con mis pantalones puestos y el pecho al aire. En el primer caso, procedo rápidamente a ponerme mis ropas, ella las suyas, y pasamos un día normal. En la segunda posibilidad vivimos una jornada impostada.
En las oficinas apenas notan la diferencia, salvo porque ella no se ha afeitado y yo voy sin maquillaje.
* * *


Esta es mi contribución al Vendaval 2012. Si queréis leer los micros presentados a este evento pinchad aquí.


domingo, 17 de junio de 2012

Bostezus

Del latín oscitāre. Dada la naturaleza invisible de estos seres desconocemos su descripción física, por ello enunciaremos la forma de manifestación más usual. Emiten un sonido vocal como de fuelle, con entrada lenta y sonora de aire y salida en exhalación rápida. Habitan en lugares cálidos y se detectan normalmente en atmósferas en penumbra. De fuerte poder reproductor en ambientes culturales. No son dañinos para los humanos, pero sí para los poetas.


















(Foto de Herb Ritts)
Ilustración de Juan Luis López


confession by Peterio
Madre Naturaleza, tomada de internet

domingo, 3 de junio de 2012

Mañana

(Migrant Mother, fotografía de Dorothea Lange)


Llegó a casa con pasos abatidos y manos vanas. Su mujer sabía que lo llevaba intentando durante ocho meses, pero cuando no hay: no hay. Los estómagos de sus cuatro hijos le miraron con deseo. La madre, para mantenerle a flote, atrajo la culpa:
—¡A la cama sin cenar! —les castigó.
Cada niño se propuso para el día siguiente portarse mejor con mamá.
Él pensó que tal vez, y ella que seguro.

miércoles, 16 de mayo de 2012

6/ Benicia, Justino y la razón


Sentados junto a la lumbre, Justino remueve con la rasera las migas que se fríen en la sartén mientras Benicia se arregla el moño con las manos.
—La razón hay que dársela a quien no la tiene —filosofea Justino con generosidad.
Con voz prendida por una horquilla que tiene en la comisura de los labios, Benicia contesta:
—Tienes razón, Justino, como siempre.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Globo sonda


De mi abuelo heredé la costumbre de leer el periódico de la primera a la última página, esquelas incluidas. Era una época en la que no había dinero y el hombre solo podía comprarlo los domingos. No llegó a leer el dominical que precisamente traía la suya.
De mi padre recibí el hábito de adquirir la prensa diaria. Si papá hubiera leído su horóscopo a tiempo, probablemente ahora le tendría en el asilo.
Mientras fui estudiante, entre partidas de mus, tenía holganza para leer completamente todas las páginas. Cuando eché a trabajar me faltó el tiempo hasta para ojear los titulares, pero no perdí las costumbres, de modo que aunque compro la prensa todos los días, llevo mucho retraso en la lectura pues solo puedo leer los domingos, como el abuelo. En el que leía esta mañana — 15 de diciembre de 1976— me he enterado del referéndum sobre la llegada de la democracia y de los grandes avances políticos y sociales que se esperan de ella. Me ha dado un vuelco el corazón, he corrido al quiosco, odiándome por mi maldita metodología heredada, por haberme perdido estos treinta y seis años de progreso.
Tras leer los titulares he suspirado aliviado: ya pensaba yo que no podía ser.

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Con este relato participo en la 3ª jornada de la "Primavera de microrrelatos indignados".
Si quieres leer micros de otros autores también indignados puedes visitar estos blog:
La colina naranja y Explorando Lilliput

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El libro está ya disponible en la página web de ACEN.

Por cada libro vendido se destinará 2€ al Rincón Solidario de ACEN para que lo dedique a alguno de sus proyectos solidarios.

viernes, 27 de abril de 2012

El pozo del deseo


(Pozo de la casa de mis abuelos)

Sacar el cuerpo del pozo le costaría poco esfuerzo. En silencio oprimido, el viejo Tiburcio tejió una red con atillos de esparto, como la que hacía para resguardar en el redil a las indefensas ovejas del ataque de los lobos despiadados. En presencia del señor Juez, de la Guardia Civil y de su joven mujer —que con lágrimas deshilachadas y manos trémulas estrujaba el mandil en un rincón del patio—, colocó el áspero aparejo alrededor del cadáver del señorito Andrés, que flotaba en el agua. Enhebrada la cuerda a la polea, lo extrajo.
Arrojarlo le había costado mucho más.

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Con este relato he participado en el Concurso de microrrelatos "En 99 palabras", organizado por Miguel Ángel Molina, del blog En 99 palabras.
El relato ha sido premiado con el 5º premio, compartido con Oleaje, relato de Agustín Martínez Valderrama, del blog Previsiones meteorológicas de un cangrejo.
Si queréis leer los 150 relatos, así como conocer los autores ganadores, pinchad aquí.

sábado, 14 de abril de 2012

Derechos de autor












Cuando desperté me sorprendió encontrarme al final de una larga fila de personas con el rostro amarillento, como barnizado, que hacían cola delante de una mesa entre nubes. La mayoría vestía sábanas blancas a modo de túnicas, otros llevaban puestos trajes y vestidos de boda, casi todos descosidos por la espalda. Me miré y reconocí mi alcanforado traje de novio. Estaba claro, no había hecho caso al médico: abusé de los chuletones de Ávila y las cervecitas Mahou.
—¿Javier?, bienvenido, escritorcillo —me dijo con sorna un ser con cara angelical cuando me tocó el turno—. ¡Anda que ya te vale!, pasa y sitúate en la zona de los ateos, ¡cabezón! —me ordenó.
Entré en un lugar inmaculadamente blanco, una pradera de nubes en flor, como si todos los cerezos, almendros y jaras hubieran desprendido allí sus pétalos. Otro ángel me entregó unas láminas de arcilla y un cincel, luego me dijo que escribiera un millón de veces la frase «¡Anda, estaba equivocado, Dios sí que existe!», e insistió en que no adjetivara.
Tomé las herramientas de escriba y me aparté al lado derecho de la pradera, cerca del lugar donde pastaban unos camellos. Mira que le había dado vueltas durante años hasta que llegué a la conclusión de que todo esto era una patraña de los curas, que se lo habían inventado para amedrentarnos, para que soportáramos todas las injusticias, para tenernos sumisos ante los poderosos con la promesa de conseguir una parcelita aquí junto a Dios.
Desconozco el tiempo transcurrido hasta que finalicé la tarea. La pila de barro me recordó la montaña de libros que había formado en las librerías mi best seller La maldición de la nariz de La Esfinge de Gizeh. Entregué el manuscrito arcilloso al ángel y aproveché para preguntarle por qué hacían tantos aspavientos los señores con levitas y las señoras con orondos sombreros que se divisaban en la lejanía.
—Ahí les tienes, están troceando camellos —me respondió, y luego señaló un par de narices huérfanas que había entre los pétalos—, quieren hacerlos pasar por el ojo de la aguja.
—O sea, que además de existir Dios, se hizo hombre de palabra —afirmé asombrado.
—Tan cierto como que te debiste conformar con escribir libros de relatos de los Montes de Toledo, pero no, quisiste ser rico y famoso... ¡Anda, ve con ellos: escritor de narices amputadas!

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Narración: Susana Santamarina


Relato con el que he participado en la Convocatoria de Relatos "Con un par de narices", organizado por La Esfera Cultural. Formará parte de la edición de un libro, junto con otros 45 relatos más. Si queréis leer el relato ganador, los finalistas y el resto, pinchad aquí.

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La maldición de la nariz de La Esfinge de Gizeh, best seller que no encontrarás en librerías.

jueves, 5 de abril de 2012

Un cuento chino


Este cuento que tienes entre las manos está escrito en chino. Por lo tanto, salvo que solo estés contemplado los signos, o bien eres chino o sabes mandarín.
Paseaba el maestro Hu Lga por los jardines de su templo y escuela, situados en el antiguo país de Lu, meditaba sobre la influencia de las mareas en la vida de los seres. El inseparable discípulo que todo sabio oriental arrastra a manera de estigma le seguía unos pasos detrás cuando le interrumpió:
—¡Oh!, maestro, me agrada mucho escuchar tus juiciosos consejos y enseñanzas. He comprobado que cada trocito de conocimiento que me inculcas me produce desazón, pues me surgen nuevas preguntas y creo que jamás llegaré a ser tan erudito como tú. No obstante, me preguntaba el motivo por el cuál siempre terminas dándome un 刺 激 (1).
Como de costumbre en la filosofía china, la respuesta del maestro se hizo esperar y fue explicada mediante una metáfora. He aquí lo que respondió el barbudo sabio:
«Hace muchos años, toda la Tierra estaba ahogada en el insaciable Mar. Sin embargo, las rocas del lecho marino se agruparon y unidas lograron emerger por diversos lugares. Mas el poderoso acuático era voraz y siempre se mantuvo en movimiento batiendo costas, erosionando, quería acaudalar toda la superficie, ahogarla, convertirla en arena y tragársela. Entonces, para evitar su voracidad, los minerales edificaron murallas y consiguieron sujetar las inundaciones. El Mar, rencoroso de haber perdido lo que creía suyo, fingió calma. Las rocas descuidaron el malecón, y cuando confiadas gozaban de las bondades del agua paseando por sus playas, recibiendo presentes de caracolas, el Mar se embraveció, volvió a inundar y destruir todo el bienestar que habían conseguido».
Finalizada la narración, el sabio dio otro coscorrón en la cabeza del discípulo, que se rascó y dijo:
—Gran lección me has dado, maestro, solo si el cuarzo, el feldespato y la mica no se dispersan, se vuelven a unir en el granito y reparan la muralla por los huecos ablandados, se podrá hacer retroceder a la bestia. Pero... ¿Y el asunto del 刺 激 ?
El sabio le contestó que con el transcurrir del tiempo, si los hombres se acomodan, las enseñanzas se olvidan, pero los golpes no, y estos dolores recibidos al aprender son los que hacen recordar y actuar.
Querido lector, te he engañado, este cuento no es un cuento chino, aunque si lo has entendido es porque sabes chino o eres chino, y si no lo has entendido es porque está escrito en chino y tú no sabes chino.

(1) En español en el original, que en chino se traduce por «capón en la cabeza».
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Con este relato participo en la 2ª jornada de la "Primavera de microrrelatos indignados".
Si quieres leer micros de otros autores también indignados puedes visitar estos blog:
La colina naranja y Explorando Lilliput

domingo, 25 de marzo de 2012

Olivogrifo


Del latín olívum gryphus. Árbol de la familia de las Oleáceas. Oriundo de los Montes de Toledo. Descripción idéntica al olivo común salvo por dos aspectos: el grifo y las aceitunas. En mitad del tronco, como a un metro de altura, disponen de una protuberancia corchea en forma de cañería por la que se extrae el aceite ya refinado. Las aceitunas, si se comen, son amargas y producen lunares verdes.

lunes, 12 de marzo de 2012

La Verdad

(Papyrus-Bodmer-XV)

En un cónclave insólito celebrado en el Vaticano, el Colegio Cardenalicio ha decidido desclasificar los documentos —que con celo viene custodiando en el Archivo Secreto desde hace dos mil años—: todos menos uno.

jueves, 1 de marzo de 2012

Así nos va


La concentración estaba resultando un éxito. Neptuno tenía que sujetar los caballos ante la avalancha de personas que se habían concentrado detrás de la pancarta contra la reforma laboral. En la Moncloa, los gobernantes contemplaban las imágenes amarrados a sus corbatas. En la Conferencia Episcopal, los obispos, temerosos, pasaban cuentas de sus rosarios y se anclaban con manos prietas a sus crucifijos de plata. En la calle, los líderes sindicales no cabían en sus desempolvadas chaquetas de pana y jerseys de lana: les invadía un cierto sentimiento de orgullo de ver miles de banderas nacionales, por fin podían lucir la enseña española sin prejuicios.
Se inició la marcha, lenta, bulliciosa, con ira contenida. A la altura de Cibeles, la cabecera sindical giró a la izquierda, camino de la Puerta del Sol, los leones rugieron dignidad. Pero algo no funcionó, la masa de personas, ahora tras una pancarta en defensa de El Niño, continuó recta hacia la Plaza de Colón. Cibeles contuvo a los leones. La estatua del Almirante recogió el brazo y se lo puso como visera, asombrado de la procesión que se le acercaba y él sin confesar. En Moncloa se despojaron, aliviados, de sus trajes regalados e iniciaron un peregrinaje a los campos de golf; los obispos cambiaron las plegarias por acciones de gracia y empezaron a travestirse para asistir a la espontánea explosión de fe que se dirigía a la nueva Tierra Santa.
La cabecera de la manifestación superó los Jardines del Descubrimiento, no paró, continúo Castellana arriba. Colón extendió su brazo y les indicó a los cardenales —que habían llegado en automóviles negros— por donde se había ido la cristiandad y, aquellos, para disimular sus creencias infundadas, decidieron visitar el Museo de Cera, por ver el reciente cambio.
La masa, cada vez más enfurecida, llegó al Santiago Bernabeu, entró en el estadio —exhibiendo sus correspondientes entradas, porque pobres pero honrados—. A vista de pájaro se asemejaba un gran sumidero tragándose una marea de hormigas trabajadoras. Una vez dentro, el pueblo indignado reprochó al entrenador nacional la ausencia de Fernando Torres, el Niño.
Una hora después, cuando empezó el partido, los palcos de honor se llenaron de políticos —salvo los nacionalistas—, obispos —excepto los no creyentes— y de líderes empresariales —verdaderos artífices de la ausencia de Torres—. Los jefes sindicales también llegaron, tarde, pero llegaron.
Por una vez las estimaciones fueron precisas: 80.354 manifestantes.
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Con este relato participo en la 1 ª jornada de la "Primavera de microrrelatos indignados".
Si quieres leer micros de otros autores también indignados puedes visitar estos blog:
La colina naranja y Explorando Lilliput

lunes, 20 de febrero de 2012

5/ Benicia, Justino y la viudedad


—Cuando falte uno de los dos: yo me voy al pueblo —dice Benicia.
—... —rumia Justino.



Este micro fue tuneado por mi impresora de barro 3D para asistir a la II Microquedada Madrileña del 18 febrero 2012
Desde ayer, en manos de David Figueroa del blog relatosenlinea
De algún modo se ha puesto el primer botijo para el trasvase Vallekas-Barcelona.

Yo tuve la suerte de recibir como regalo el micro "Mariana" de Ana Belén García Sánchez del blog relatadamentetuya, tuneado en un cofre pirata que contiene un gran tesoro: Unas conchas de una playa recóndita de La Palma. Nos informó que para ella tienen un gran valor. Ahora, para mí también pues sé que además es un lugar en su memoria de donde extrae sus relatos. Gracias Ana.






viernes, 10 de febrero de 2012

Certamen

(Pequeña tricotando, de Albert Anker)

El relato La tejedora del autor Ximens, con la intención de prestigiar la resolución concursal de las instituciones que apoyan la creatividad literaria de los escritores en lengua castellana, convoca el

I Certamen Internacional de Concursos de Cuentos

Bases:

1.- Podrán concurrir al premio los Organismos Públicos y Privados, Asociaciones, Editoriales y en general toda entidad que convoque concursos literarios en lengua castellana con excepción de:
- Aquellos que tienen asignado el ganador antes de la convocatoria.
- Los que exijan conocimientos trigonométricos para determinar los márgenes, el número de líneas o los caracteres por línea.
- Las organizaciones que hayan quebrado antes de anunciarse esta convocatoria.

2.- Las bases de sus concursos deberán tener una extensión máxima de un folio mecanografiado a doble espacio. No es necesaria su encuadernación.

3.- El jurado valorará la claridad y calidad literaria de la redacción; la cantidad económica del premio; la garantía de que las obras no premiadas no serán publicadas sin acuerdo económico con los autores; la publicación del nombre de los finalistas y el reconocimiento de los miembros del jurado.

4.- Las bases deberán ser enviadas a:
La Escuela del Pueblo
Camino de las Eras s/n.
Anejo Colmenar, Estrechuras, 231245-Montes de Toledo.

5.- El plazo de recepción de bases finaliza el último día de la matanza, previsto para el 29 de febrero de 2012.

6.- Se establece un único premio consistente en la asignación del relato La tejedora como cuento a ser premiado por el concurso ganador. En años sucesivos, dicho certamen podrá hacer referencia de tener entre sus galardonados tan insigne cuento.

7.- El Jurado estará integrado por el Narrador y los siguientes personajes del relato: Don Blas, maestro nacional; Don Pedro, cura; Don Marcelo, administrador del Marqués. La Tejedora, protagonista del cuento, no tendrá voto porque los fantasmas literarios no saben votar.

8.- El fallo del Jurado será inaceptable... e irrenunciable, y se hará público en Las Eras el día de la Virgen del Carmen.

Ver bases completas en www.porunfallojusto.es

miércoles, 1 de febrero de 2012

Natividad


(Ilustración de Laura Hernández Fernández para este relato)




—¿Quién se ha comido al niño Jesús! —preguntó la madre con cara desencajada.

Su voz retumbó en las paredes de chapa. El silencio se mostró herrumbroso. El padre miró al hijo que le devolvió una mirada hambrienta. La pequeña agachó la cabeza al percibir que los tres volvían el rostro hacia ella, quiso ocultar sus ojos delatores bajo la mesa de formica pero no llegó a tiempo. Una rata se rascó los bigotes en el rincón.

—¡Oh, Dios! —gritó la madre y se santiguó—. ¡Ahora nos privará de todo!

El hijo imaginó la habitación sin las dos camas, sin la mesa y las cuatro sillas, sin la cocinilla en el rincón ni el belén sobre la vieja maleta. Vio barro.

—Doña Margarita ha dicho que esta noche nacería otra vez el niño Jesús —dijo la niña con voz lluviosa—. Por eso pensé que... —y arrancó a llorar.

—¡A la cama sin cenar! —dictaminó la madre.

El niño tosió para espantar el frío.

El padre cogió los tres camellos, dio uno a la madre, otro al hijo y se quedó con el de Baltasar, que le faltaba la cabeza. Todos salivaron y chuparon las figuritas de mazapán del año pasado.

—La mula y el buey son para comer mañana, así que ya lo sabéis —advirtió la madre.

Diez minutos después, una estrella muy brillante perfila la silueta del padre en lo alto del estercolero. Allí arroja los huesecillos cartilaginosos del bebé.

Narración: La Voz Silenciosa
Relato ganador de la II Convocatoria de relatos de Navidad “La otra Navidad”, realizado por La Esfera Cultural.
Formará parte de la edición de un libro, junto a una selección de treinta relatos más, que tendrá la siguiente portada realizada por Manolo López, ganador a su vez del certamen organizado por Una idea, Mucho arte.


lunes, 23 de enero de 2012

Macroecogenerosos / 2


Una vez más nuestra amiga y escritora Luisa Hurtado González me invita a poner en su ventana ecológica de los lunes un relato que nos hable de la necesidad de preservar y comprender a nuestra querida Naturaleza.

Es un cuento que ya publiqué aquí mismo, pero ahora está acompañado de una ilustración que Juan Luis (Juanlu/Luiyi) con generosidad ha dibujado.

Os invito a que os paséis por allí y además de leer Ciervos os adentréis en la selva de palabras de Luisa y el bosque de dibujos de Juanlu.

Editora: Luisa en su blog Microrrelatos al por mayor
Ilustrador: Juanlu en su blog dididibujos

martes, 17 de enero de 2012

En casa de Adivín Serafín


Hay en Xixón, Asturias, un mago de las letras que atiende por el nombre de Adivín Serafín y mantiene el blog Diario de Incontinencia.
Hoy, junto al escritor Propílogo, me ha metido en su bola de cristal.
Acercaros por allí y disfrutad de un par de microrrelatos y algunas confidencias de cómo nacieron.
Luego, pasead por su casa y gozad de los poemas y relatos que, como sus lienzos escritos, os trasladaran al mágico mundo de la ficción que crea este nuevo amigo, e incluso, al final (abajo del todo) podréis daros un paseo fotográfico por su hermoso pueblo asturiano.

viernes, 6 de enero de 2012

4/ Benicia, Justino y el blanqueo

(Foto: Divina Aparicio de Andrés)

—Han dicho en las noticias que para blanquear el dinero negro van a cambiar el color de los billetes de 500 euros —informa Justino y a continuación enciende el cigarro con un chisquero.
—¿Y cómo vamos a saber si es verdad que lo hacen? —responde Benicia. Luego, alza la mirada y dice—: Esta pared sí que necesita ser jalbegada.