lunes, 24 de febrero de 2014

La cruzada de Marcelorámix


Combate entre el Carnaval y la Cuaresma - Bruegel el Viejo, 1559

            En el año 2000, toda Hispania estaba ocupada por los cristianos... ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles toledanos resistía aún al evangelizador, por ello, la jerarquía romana envió al padre Marcelo Rámiz, extremeño, un auténtico templario, para que les sometiera a la Fe Verdadera. Al llegar a aquel pueblo perdido entre los montes tuvo que decidir si exterminaba a los nativos con plagas celestiales o se integraba en sus costumbres paganas y —lobo a oveja— atraía a las bestias al rebaño divino. Don Marcelo vio la oportunidad cuando el cielo les cayó encima y el diluvio se llevó el salón de baile.
            Catorce años después no se entiende ningún carnaval sin la fiesta de máscaras organizado en las dependencias parroquiales. Adelanta el tapado de imágenes para que no vean el bautismo de vírgenes, la comunión de nalgas, la confirmación de perversiones sexuales, la consagración de deseos y la resurrección de pasiones jubiladas. Mientras entre los bancos, capillas y confesionarios se festeja la bacanal de la carne, con la pila bautismal rellena con el mejor vino de misa, el cura Marceloramixdesde el púlpito— hace inventario de los ausentes para el informe al obispado de los cristianizados en el ejercicio.

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Con este microrrelato participo en la propuesta del mes de febrero (con el tema «en la fiesta de máscaras», «Esta noche te cuento»      
Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.
Ilustradora del mes: Sara Lew





viernes, 21 de febrero de 2014

Benicia y Justino van de excursión


Los Montes de Toledo se ven desde la fábrica Xerox.

Benicia y Justino de la mano del Comité de Empresa y en un viaje organizado por el Hogar del Pensionista han visitado a antiguos compañeros madrileños.

Pon tu navaja AQUÍ para leerlos en la revista XEROMANIA.


sábado, 15 de febrero de 2014

Agentes del orden

Ilustración de Alex Dukal

            Oí sonidos suaves que procedían del salón, me asusté y desperté a mi marido. Juan cogió el calzador dispuesto a defender nuestro hogar y nuestras vidas. Allí abajo estaba el policía, con un plumero en la mano derecha y colocando los cacharos con la izquierda, la linterna en la boca. Llamé al servicio de alerta. Cuando oyó el ruido de cadenas saltó por la ventana, pero aún así le dio tiempo a sacudir el polvo del ficus. Al instante hizo presencia un grupo de ladrones con modernos medios de desorden, desbarataron los cajones, repartieron los platos sucios por los muebles, borraron las pistas impolutas e incluso hubo algún buen ladrón que sacó los restos de tortilla del cubo de la basura y los puso encima del televisor. Uno, posiblemente el más cobarde, saltó por la ventana persiguiendo al agente. Después de dejar la casa patas arriba, el capo nos dijo que parecía que no sobraba ningún objeto, que le detendrían pero que no serviría de nada, a las veinticuatro horas estaría volviendo a poner orden en las casas. Esa mañana, Juan y yo llegamos temprano al trabajo y con el temor de que cualquier día los policías puedan entrar en casa y recoger el cuarto de los niños.

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Este microrrelato ha quedado finalista en el Concurso de Lamicrobiblioteca correspondiente al mes de enero, junto con otros amigos. Pinchad en la imagen si queréis leerlos.




sábado, 1 de febrero de 2014

«El contestador automático» en La taberna del Callao


A los sevillanos les gustan los Montes de Toledo, por eso se han vuelto a subir a La Giralda para contemplarlos. Para oírlos debes pasarte por La taberna del Callao, donde se degustan los mejores vinos de la Red y ponen voz (cuando están un poco chispas) a los relatos que se dejan.

Pasad por ALLÍ, disfrutad de sus catas y de paso dejadle algún comentario como propina, a modo de IVA Cultural.

Muchas gracias a Javier Merchante y a Mari Carmen de las Casas por la locución, y a todo el equipo de colaboradores por la ambientación.

Como sé que te ha gustado, te invito a que oigas «Ni un te quiero» AQUÍ.