lunes, 12 de agosto de 2013

Miel de colores




            Han matado a Gregorio, un macho diferente que tenía en mi colmena. Desde su nacimiento mostró rasgos morfológicos y modos de actuación distintos de los del resto de zánganos, por eso le puse ese nombre. Menos gordo que los demás machos y tan poco peludo como las obreras, sorprendentemente poseía un incipiente aguijón. En ocasiones se alimentaba solo. Al contrarío que sus hermanos —que zanganean a la espera de fecundar alguna reina virgen—, se le veía junto a las abejas nodrizas.
            Gregorio era querido por las hembras, sobre todo a partir del día que acompañó a Calamity Jane. Al regreso trató de imitar sin éxito el baile en círculos y los movimientos abdominales de la exploradora, provocando en las obreras la emisión de feromonas consideradas de aceptación.
            Sin embargo, el rechazo de los machos era evidente, sobre todo de Hércules, un ejemplar más grande que el resto, siempre involucrado en peleas, como echar a un zángano de una celda para ocuparla él, o no permitiendo a Gregorio acompañarles a repartir néctar entre las obreras.
           Ha quedado grabado. Hércules ha ahogado a Gregorio en la miel de una celda. Tengo la convicción de que algunos continúan siendo avispas sin evolucionar.


***
Con este microrrelato he participado en la propuesta del mes de agosto (con el tema «Insectos» homenaje a La metamorfosis, de Kafka) del concurso «Esta noche te cuento».

Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores. 


jueves, 1 de agosto de 2013

Budapest, embarcado en «La nave de los locos»


Si el año pasado La nave de los locos desembarcó en Normandía, este verano ha navegado por el Danubio y ha llevado a Los Montes de Toledo hasta Budapest.

Os invito a que leáis la breve crónica en el blog de Fernando Valls y, si os apetece, dejad allí vuestros comentarios.




No dejéis de daros un chapuzón por los diversos camarotes de La nave, merece la pena.

Gracias, Fernando.