Como escritor —si no tienes hijos—
es muy importante estar al tanto de las últimas actualizaciones que realiza la
Academia de la Lengua, te puede salvar la vida.
—¡Julio, ven! —oí que me llamaba la
dama seca a la que recurro cuando no sé cerrar un relato.
—Voy —respondí, y como autor erudito
seguí viendo el partido de fútbol a favor de los recortes presupuestarios en
Cultura.
Se conoce que aburrida por la espera
se entretuvo hojeando el diccionario que tengo en el atril del escritorio, como
libro sagrado. Se marchó airada —hasta el extremo de guadañar el visillo de
encajes que me regaló mi madre para que no me plagiaran los vecinos— y me dijo
que la próxima vez volvería cuando estuviera dormido sobre el teclado.
Doblemente satisfecho —el Rayo
Vallecano había goleado al torero José Tomás—, al finalizar la retransmisión me
dirigí a mi mesa y observé qué había estado leyendo la mala mujer. Qué lista
es, pensé, no se le escapa nada ni nadie.
El diccionario estaba abierto por
esta locución:
«voy. 1. loc. exclm. coloq.: Respuesta de un hijo a la llamada
de sus padres con el significado de "No me esperes"»
* * *
Con este el
microrrelato he participado en la propuesta del mes de noviembre (con el tema
«Inventa una palabra», homenaje a Julio Cortázar del concurso «Esta noche te cuento».
Pinchad AQUÍ si
queréis leer los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.
Ilustrador del mes: Juan Luís López Anaya