(Óleo sobre cobre, S. XVII)
A Isabel
Ausina
Tras dar un fuerte portazo, Su
Santidad abandona los Archivos Secretos del Vaticano portando un paño de lino
en las manos. La vibración origina que una zanja se abra en el suelo, cruce la
Basílica, atraviese Roma y, por la Vía
Apia, llegue al Vesubio, que la transforma en una serpiente de fuego.
Bajo el mar, alcanza Jerusalén, y asciende por la Vía Dolorosa hasta la Sexta
Estación. Justo en ese instante: el volcán entra en erupción; en la Catedral de
Turín, la Sábana Santa tiembla y el cristal de la vitrina se resquebraja; en el
Vaticano, el Santo Padre se postra ante la estatua de La Piedad y pide, a voz
en grito, a la Virgen María y a todas las mujeres del mundo, su perdón por el
daño que les han ocasionado en los dos mil años de ocultismo; en la Capilla
Sixtina, la bóveda colapsa y se precipita sobre los cardenales, que reunidos en
cónclave pretendían inhabilitar al Papa.
El Pontífice corre a la ventana de su
habitación y mostrando la Santa Faz a la cristiandad les dice «Este es el
verdadero rostro del Mesías».
* * *
Con este microrrelato he
participado en la convocatoria del concurso Esta Noche Te Cuento, en el que se
proponía crear una historia inspirada en la siguiente fotografía realizada por
Annie leibovitz: