miércoles, 22 de abril de 2015

La Flor de la Galaxia


            En su perenne soledad, se arrepintió de haber confundido las lenguas. Por ello sembró el firmamento de galaxias y —cada nuevo milenio— coloca flores secas en las puertas del Cielo, para ahuyentar los malos espíritus que le aconsejaron.

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Con este microrrelato he participado en el concurso Calendario Microcuentista 2016, que llevará esa fotografía para el mes de marzo. Pinchad AQUÍ si queréis leer ganador y finalistas. 

domingo, 12 de abril de 2015

Benicia y Justino ganan el Wonderland semanal con «El deseo añejo»



El deseo añejo

            Justino se acerca a la higuera apoyado en el bastón y elige un higo maduro. Benicia lo observa desde la silla donde cose unas enaguas. Él abre el fruto con delicadeza y una sonrisa le estira las arrugas. Se vuelve hacia su mujer, que rápidamente baja la vista cansada a la costura. Benicia se pincha un dedo con la aguja, se lo lleva a la boca y alza la mirada. ¡Cómo me engatusaste, zalamero!, le dice. Luego alarga la mano para recibir la mitad del higo que Justino le ofrece abanicando la sonrisa. ¡Anda, pon los higos a secar, zamacuco!

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Este microrrelato ha resultado ganador semanal el 11/04/2015 en el programa Wonderland de Ràdio 4 de Radio Nacional de EspañaPincha AQUÍ si quieres leerlo en la página oficial.

Si quieres oírlo leído por mí y los comentarios recibidos por los profesores de
l´Escola d´Escriptura del´Ateneu Barcelonès, puedes hacerlo AQUÍ a partir del minuto 27'.

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También resultó finalista trimestral el 04/07/2015. AQUÍ la página oficial.

miércoles, 1 de abril de 2015

Gente de pena

(Buscando carbonilla, Vallecas)


            En invierno, todas las tardes el mismo dilema con las limosnas, si comprar un chusco de pan y algo de engaño o picón para el brasero.
            Por las mañanas subo a Madrid siguiendo las recuas de mulas con carros que llevan el pan desde Vallecas. Si tengo suerte —y no me lo quitan antes los mayores—, un bache o tropiezo deja caer una hogaza que se rompe en mil pedazos y guardo algunos en mis bolsillos. Otros días, si no he podido pegar ojo por el frío, llevo un capacho para intentar recoger la carbonilla que pierde el pequeño tren que sube a los cuarteles de Atocha.
            Al atardecer, en la puerta de la chabola, enciendo el brasero con trozos de madera y papel. Mientras se prende el carbón, hablo con los vecinos que se acercan a buscar mendrugos en cama de galgos. Luego, arrebujado con las faldas de la mesa camilla, me caliento el cuerpo y me entretengo con una radio.
            Sin embargo, días como hoy que tengo tanto frío y el hambre me causa dolor tan fiero, lamento no haber muerto en el vientre de mi madre, allí, tibio y alimentado.


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Este microrrelato que sido mencionado (finalista) en la propuesta del primer trimestre del concurso Esta noche te cuento, en el que en homenaje al quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa había que incluir uno de sus versos (en negrita en el texto).