jueves, 20 de diciembre de 2012

8/ Benicia, Justino y el deseo añejo




            Justino se acerca a la higuera apoyado en el bastón, tantea algunos higos y elige uno maduro. Benicia lo observa desde la silla donde cose unas enaguas. Él abre el fruto con delicadeza y una sonrisa le estira las arrugas de la cara. Se vuelve hacia su mujer, que rápidamente baja la vista cansada a la costura, y unos hoyuelos como dedales se le marcan en las mejillas surcadas. Benicia se pincha un dedo con la aguja, se lo lleva a la boca y alza la mirada.
            —¡Cómo me engatusaste, zalamero! —le dice. Luego alarga la mano para recibir la mitad del higo que Justino le ofrece abanicando la sonrisa—. ¡Anda, pon los higos a secar, zamacuco!
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Con este microrrelato participo en la iniciativa de Acuática para que escribamos "Un cuento antes del fin del mundo". Si queréis esperar leyendo, AQUÍ encontraréis más de sesenta microrrelatos que son como el Amén de la literatura.



sábado, 15 de diciembre de 2012

Condonación




            Acababas de nacer, es lógico que no lo recuerdes, aunque tú no necesitas recordar. Sin embargo, yo no he podido olvidarlo, tenía diez años y a esa edad aquella atrocidad me marcó para siempre. Vinieron a por ti, pero alguien había alertado a tu padre de lo que ocurriría y huisteis. Se llevó el oro, eso sí, mas fue tan ruin que no avisó a nadie y los mataron a todos. Acumulé el odio y el rencor hasta hacerme mayor. Con veinte años abandoné el pueblo con la idea firme de matarlo. Encontré un oficio que me permitía conocer gente de todas las comarcas y así di con vosotros. Tu padre ya había muerto y dirigí hacia ti mis deseos de venganza, no en vano tú fuiste el motivo. Siempre estabas rodeado de hombres rudos y me fue imposible acercarme sin levantar sospechas. Sin embargo, flaqueé en mi intención al escuchar tus palabras y observar tus hechos. Serías la causa, pero eras buena persona y no pude. Te perdoné como confío en que me perdones tú a mí por clavar esta lanza en tu costado para que no sufras más.
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Con este microrrelato participé en la propuesta del mes de diciembre (con el tema «Aquella Navidad, de niño...») del blog Esta noche te cuento.

Terminad de comer el mazapán, poned vuestra mascota ratonil AQUÍ para leer el relato en el blog de los organizadores y, si os apetece, dejad allí vuestros comentarios.