jueves, 26 de junio de 2014

Sarmiento quebrado



              Como un vástago arrancado de la cepa me sentí cuando tuve que abandonar mi tronco, mis surcos, el olor a tierra regada, el sabor del tocino, el vino seco de la bota y a mi gente para ir a la guerra.
            Mi madre: aroma de heno, silencios amorosos, aljibe de consuelos, troje de recuerdos, tacto rugoso de su lana. Su toquilla.
            Mi María: aquel beso en los caños, como brisa del atardecer, suave y tímido, pluma acariciando mis labios; su cuerpo en la era, la cabeza sobre la albarda; el brillo de sus ojos, el cielo en la tierra. Su chal.
            Mi Carmencita: queso ahumado con jaras, sabor a pan recién horneado, risas de jilgueros en flor, simiente de esperanzas; acariciar su piel, pasar la mano por la mies. Su mantilla.
            La matanza. Cuerpos socarrados abiertos en canal. Barrigas hinchadas. Carne chamuscada. Tripas serpenteantes. Moscas a la sangre coagulada. Chicharras con gritos de espanto. Miradas acres de árboles calcinados. Hedor de cadáveres sazonados con pólvora. Matarifes en retaguardia.
            En el rastrojo, entre espigas humanas segadas y con el cielo azul por mortaja, veo tres estrellas de luto: decidles que no me esperen para la vendimia.
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lunes, 16 de junio de 2014

Geometría sentimental



            ¡Buagh!, vomito, un kilómetro de pasillos, decenas de puertas y siempre os cruzáis en esta, con ese roce de carpetas y el falso saludo de colegas, como si no supieran todos que te acuestas con él, como si yo no oyera por la noche el navegar de sábanas. Te ha dejado la pizarra llena de dibujos, hoy son los tipos de laberintos: el de mazes, el de caminos alternativos, igual que las amigas que se ha traído a casa, pero nunca para quedarse, se las comió en una noche; el univiario, el clásico, el más sencillo y no encuentras la salida, ¿estás secuestrada? En la anterior clase dibujó las curvas de una mujer, el rubor te brotó al reconocerte y lo borraste de inmediato. Hoy los dejas, nos aburres con la civilización minoica, con tus dedos caminas por el encerado desde la Puerta de los Leones hasta el centro del laberinto, y allí paras. En tus ojos veo el toro y el deseo.

            Tantos planos, papá, y no sabes que la línea recta es la distancia más corta entre tú y yo.

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Ilustración de Miguel Jiménez Salvador

Con este microrrelato participo en la propuesta del mes de abril («...en el laberinto») del concurso «Esta noche te cuento». 
           
Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.


viernes, 6 de junio de 2014

Viejos amigos, una aproximación al mundo de la vejez


La idea del escritor Pablo Gonz de hacer un audiolibro de microrrelatos en homenaje a nuestros mayores (Ver mi entrada Viejos amigos -Audiolibro) ha sido llevado por Internacional Microcuentista a una bella antología en formato digital que podéis leer a continuación, e incluso descargar.
Mi aportación es El corazón no entiende de mojones, en la página 34, pero sin duda los mejores relatos son los demás.