lunes, 25 de marzo de 2013

Máquina de coser palabras


Fotografía de Juan Yanes


Hoy, Juan Yanes, como aquellos quincalleros que caminaban por los Montes de Toledo, se ha acercado al pueblo de Benicia y Justino y con su Máquina de coser palabras ha fabricado una hermosa manta pinguera con los relatos de aquellas tierras.
Estar en el blog de Juan es un honor que me sobrepasa y a la vez me anima a seguir escribiendo cosas que son verdad y no han pasado.
No dejéis de ver los relatos de Juan y leer sus fotografías, o al revés, pues son paisajes escritos.
Gracias Juan.
Pon tu aguja de coser AQUÍ para pasear por La Máquina de coser palabras.

jueves, 21 de marzo de 2013

La última cena



            Lee la etiqueta del producto Campeón en la sección de droguería. Lo deposita en el carro. Limpia con la bocamanga las «burriagas» de la niña sentada dentro. Deja caer el envoltorio vacío de un donut. Coge dos puñados de arroz de un paquete roto. Se lo guarda en el bolsillo. En la carnicería toma una bandeja. La cajera le dice que es para perros. Ella contesta que es para su cachorro. Paga con el solitario billete de cinco euros varias veces plegado. «¿Mamá, esta noche cenamos?». La madre asiente. «¡Bien, chicha! », grita la cría.

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Esta es mi aportación  a la primera jornada de la convocatoria  “La primavera de microrrelatos indignados 2013”. Si quieres leer más  indignados, pon tu molotov AQUÍ  

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lunes, 11 de marzo de 2013

La familia «distópica»


—¿Dónde estabas?
—En la habitación.
—¡Imposible! Solo hay cinco metros al teléfono y han dado tres pitidos.
—Mamá, de verdad, haciendo la cama, quizás me he demorado para colocar el embozo al gusto de Sonia.
—Bueno, no me hagas perder el tiempo. Esta tarde tengo la partida y no quedan pastas, cómpralas. Di que son para mí.
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—¿Cómo que dígame?, ¿es que esperas otra llamada?
—No, Sonia, cariño. Es una manera de contestar, acaba de llamar tu madre.
—A saber qué tienes tú entre manos.
—La escoba.
—¿La escoba? Mira que te he dicho que los jueves toca la aspiradora. A lo que iba, cuando termine la lavadora, tiende la ropa como lo hago yo, que si no se quedan las marcas, y ya sabes, cada prenda tiene su pinza de igual color. Y no te olvides de ir a por la niña.
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—Hola, cielo, ¿qué tal en el colegio?
—¡Mal, te han suspendido en manualidades, la noria no funcionaba, qué vergüenza! ¡Eres el único papa que no sabe hacer nada!
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Madrugada. Sentado en el sillón, Cándido relee «1984». Se lo recomendó su suegro en el lecho de muerte: «Toma, sueña con un mundo feliz».



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Ilustrador del mes: Fernando Martínez


Con este microrrelato he participado en la propuesta del mes de marzo (con el tema «2084») del blog Esta noche te cuento. Su objetivo era «encontrar inspiración en 1984 de George Orwell».

Pinchad AQUÍ  para leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.

viernes, 1 de marzo de 2013

El milagro del Padre Amador, en «London [ai]»




            «—Perdón, ¿es usted virgen? —pregunté a una joven muy guapa, con la cara blanquita y sembrada de simpáticos lunares, que hacía cola para subir a la noria.
            Me respondió "Excuse me?", que es como en mi pueblo decir: ¿mande? Llevaba más de dos horas en la explanada de acceso buscando una mujer virgen, pero no me entendían o querían entender. Me lo merecía, por chuleta, por presumir ante los paisanos de mi dominio del inglés de cuando hice la mili en la base aérea de Torrejón, junto a los americanos.
            Todo esto por culpa de las vacas y de Amador, el joven cura...»
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            Hasta aquí puedo leer. Si quieres saber qué milagro pasó y el motivo por el cual un hombre de los Montes de Toledo tiene que viajar a las inglaterras en busca de una virgen, tendrás que pagarte un par de cañas de cerveza.
            Este cuento está incluido en un libro que hemos sacado los alumnos del escritor Juan Jacinto Muñoz Rengel, que lo prologa. Tres años con él en Talleres Fuentetaja y como proyecto final diez relatos con un escenario común, el «London Eye».
            Se puede adquirir en edición digital, al menos por el momento, AQUÍ.


            Los beneficios obtenidos por las compras no van a ninguna cuenta en Suiza, los hemos donado a la ONG Habitáfrica.
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            Como pasado mañana entro en la tercera edad, aquellos de vosotros que esté en desempleo y no haya votado al PP, me lo decís y os envío una descarga que haré yo. Lo dicho, un par de cañas.