(Fotografía de Cristina García Rodero)
Con los ahorros de toda una vida
trabajando en Ámsterdam se construyeron una casa en su aldea de los Montes de
Toledo. Cuando se jubilaron se fueron a vivir en ella y conservan una mezcla de
costumbres. Él, vigilante, se sienta a la puerta en una silla de nea y toma el
fresco. Ella, en la ventana, rememora la vida allí.
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Con este texto participé en los Viernes creativos organizados por Ana Vidal en la página El Bic naranja que consiste en escribir una historia inspirado en la fotografía.