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martes, 11 de noviembre de 2014

Benicia y Justino en la Internacional Microcuentista






Hoy, con Benicia y Justino, los Montes de Toledo se ven desde todo el mundo. Nada más y nada menos que gracias al telescopio de Internacional Microcuentista.

Pinchad AQUÍ para visitar el blog de la revista. 

Para celebrarlo se van a preparar unas migas con chorizo.



Si quieres conocer en detalle a Benicia y Justino, móntate en esta burra. 

miércoles, 30 de julio de 2014

La prospección del Oeste

American Progress 1872, de John Gant.


            Desde lo alto de la colina, una chistera contempla el duelo que se desarrolla en la llanura. Una pluma avanza para batallar contra un sombrero. Ambos galopan en sentidos contrarios. Una flecha, en el carcaj, y un arco defienden a la pluma; una bala, en el rifle, arma al sombrero. La chistera enciende un cigarro puro. Unos mocasines golpean unos ijares, unas botas con espuelas de estrella, los otros. La pluma tensa el arco; el sombrero apunta con el rifle. La chistera se limpia el sudor. La flecha y la bala rajan el aire, se cruzan, se ignoran. El plomo desgarra la carne rojiza; la madera penetra en la guerrera azul. La pluma y el sombrero caen sobre la arena del desierto. Mana la sangre. Brota el petróleo. La chistera sonríe.

* * *
Con este microrrelato participo en la convocatoria organizada por David Moreno (No Comments) cuyo premio es un ejemplar de su libro de microrrelatos «microSeñales de Humo» 
Si queréis leer mi micro en el blog del organizador, pinchad AQUÍ 
Si queréis leer los otros micros que sobre "nativos americanos" se han presentado, descargaros el PDF, pinchando AQUÍ


lunes, 16 de septiembre de 2013

Tamanend

Estatua a Tamanend, Jefe de los Indios Delaware, en Filadelfia 

            Después de dos siglos desde que se dio por perdido el mercante «Willian Penn», el mascarón de proa que representaba al indio Tamanend fue hallado en una playa de Filadelfia. Con métodos avanzados, un grupo de científicos hemos estado restaurando la figura. La talla ha recuperado su esplendor original y el habla. En el lenguaje de los indios «Delaware» nos ha narrado cómo se fueron a pique.
            «Nos aproximábamos a las costas de Noruega cuando vimos acercarse una polvareda de agua que me recordó las estampidas de los búfalos, me sentía cabalgando a lomos de mi caballo sobre la pradera, la espuma de las olas en mi rostro eran como crines al viento. Mas de pronto, el mar se encabritó, se formó un huracán y caímos en un inmenso remolino, un acantilado de agua girando a mucha velocidad por cuyo vórtice se veía el lecho marino».
            Cuenta que murieron todos los marineros y que solo él se salvó al desprenderse del casco. Dice que durante estos años se mantuvo a flote por su cuerpo de roble y que ha surcado los mares arrastrado por las corrientes hasta regresar a su tierra.
            Los científicos no le hemos creído.

***

Con esta micro-leyenda he participado en la propuesta del mes de septiembre (con el tema «Volver», homenaje a La Odisea, de Homero) del concurso «Esta noche te cuento».

Pinchad AQUÍ si queréis leer los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.