lunes, 20 de junio de 2016

Epílogo de la Odiosea


            A la isla de Lesbos ha llegado un pecio remado por una docena de esqueletos. El que ejerce de capitán, un tal Euríloco, ha narrado que huían de la aniquilación de Troya y que tras el hundimiento de la nave —consecuencia del huracán que Céfiro había enviado sobre ellos, azuzado por Zeus en castigo por haberse comido las vacas de Helios— paletearon por el fondo del mar todo lo deprisa que sus huesos —ya desprovistos de carne— los permitieron. Cuenta que habrían llegado aún más tarde si no hubiera sido por los centenares de ahogados que han recogido en los últimos meses. «Si bien han caído cuerpos de mujeres y niños, han sido los de los hombres los que con sus músculos nos han ayudado a remar más veloz». Cuando las autoridades han preguntado por ellos, Euríloco ha respondido que no han querido desembarcar, que se han limitado a enterrar a sus hijos en la playa y han regresado al lecho marino. «Nos han advertido que en estas tierras llamadas ahora Europa habitan unos hombres que se hacen los ciegos y son más inhumanos aún que los monstruos que hemos conocido —esto es un sin parar para nosotros—; también nos han contado que ya solo existe un dios, pero que no se ocupa de ellos. Esto, claro, no nos lo hemos creído».
            Euríloco ha preguntado si sabemos algo de un tal Odiseo que logró salvarse agarrado al mástil del barco a pesar de que también comió vacas.



***
You see bones, by Kimded

***
Con este microrrelato participo en la Primavera de Microrrelatos Indignados de 2016, que con el tema de «Refugiados» ha organizado Miguel Torija Marti. En su blog La colina naranja encontraréis todos los autores y microrrelatos participantes.

12 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. La humanidad devorada por sí misma y con miedo de lo diferente. Lo peor lo tenemos dentro. Lo mejor, también.
    Lo de las vacas, habrá que probarlo.
    Abrazo

    ResponderEliminar
  3. Literatura pura para reflexionar sobre la realidad.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  4. Duro y contundente, buena comparación con la mitología, pero amigo, la cruda realidad es esta la que tan bien has relatado.
    Gracias por ser el primero en mi alambrada.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  5. Yo creo que el fondo del mar, de determinados mares, algún día se alzará contra los que lo alimentan de este modo. Genial, como siempre.

    ResponderEliminar
  6. Tremendo relato. Yo quiero creer que el Mediterráneo es en realidad un pequeño mundo en sí mismo que acoge a todos los que naufragan y les dan una nueva vida que la vieja y obsoleta Europa se niega a proporcionar. Gracias por el relato y por reivindicar la mitología!

    ResponderEliminar
  7. Poniendo el dedo en la llaga y una sonrisa, qué difícil.
    Y qué horror ese mar lleno de ahogados en el que avanzan esqueletos del pasado.

    ResponderEliminar
  8. Me ha encantado Ximens, muy apropiado. Hay una frase del Canto IX de la Odisea que me encanta, y que es muy apropiada para adornar tu relato y callar a tanta gente que aborrece de la emigración y de los refugiados, como si quisieran "invadirnos". Es cuando Ulises se justifica de abandonar la opulencia que le ofrecían tanto Calipso como Circe: "No hay nada más dulce que la tierra de uno y de sus padres, por muy rica que sea la casa donde uno habita en tierra extranjera y lejos de los suyos".
    Pues eso, que si vienen por algo será. Ni tenemos memoria, ni humanidad.

    ResponderEliminar
  9. Javier, somos tan inhumanos que los Dioses, en caso de existir, se asustarían de nosotros. Muchos refugiados si no mueren en la guerra, perecen en la huida. Deberíamos hacérnoslo mirar, pero mucho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. La mitología traída a nuestros días, aplicada a una tragedia a la que asistimos a diario. "Ya sólo existe un dios, pero no se ocupa de ellos". Una frase que dice casi todo.
    Un abrazo, Javier

    ResponderEliminar
  11. Duro y certero tu relato, me ha encantado esa recreación mitológica. Como siempre un placer pasar por aquí y degustar tus letras. Y una pena que ahora no tenga apenas tiempo de más. Abrazos Javier.

    ResponderEliminar
  12. Terrible escenario que contemplamos cada día, sin que los dioses, los semidioses ni los humanos hagamos nada consecuente parar esta tragedia.
    Abrazos
    (te diría que es muy bueno, pero me puede lo dramático)

    ResponderEliminar

Debido a la cantidad de spam que estoy recibiendo tendré que no admitir los "Anónimos".