Escultura de Bruno Catalano
No
veo mi reflejo en el cristal de la oficina de subsidios pero sé dónde se ha
quedado. Todas las mañanas, cuando iba al trabajo, me cruzaba con él en un
escaparate. Mientras yo escribía informes, él permanecía en casa encargándose
de los asuntos familiares. Por la tarde, al finalizar la jornada, nos volvíamos
a cruzar y si yo limpiaba el comedor, él estudiaba en la empresa cómo
desarrollar el nuevo producto.
La
primera vez que nos ocurrió fue en la vidriera de la inmobiliaria; meses
después, frente a la tienda de trajes de novios y así en sucesivos comercios:
muebles del hogar, agencia de viajes, ropas de bebé, papelería escolar, trajes
de comunión. El caminar era pausado y apenas se trenzaban las miradas, salvo en
la época que coincidimos frente a la clínica: él atendía a mi mujer y yo
meritaba en la oficina por el ascenso. Más tarde empezamos a cruzarnos en los
escaparates de artículos de lujo. Entonces coloqué en el despacho una foto
familiar y él pasaba el día en el club.
Hoy se ha quedado en casa, sé que está asomado al balcón y que observa un monstruo que desde el jardín le hace señas.
Hoy se ha quedado en casa, sé que está asomado al balcón y que observa un monstruo que desde el jardín le hace señas.
* * *
Con este microrrelato he participado en la propuesta del mes de junio (con el tema «En el espejo», homenaje a Alicia, de Lewis Carroll) del concurso «Esta noche te cuento».
Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.
Ya lo comenté en el ENTC pero no he podido resistirme a doblarlo Ximens.
ResponderEliminarEnorme relato. Mucha carga de profundidad en una historia que te fluye como si no costara, con lo difícil que es eso. Se nota que está muy trabajado.
Felicidades y gracias.
Un abrazo enorme.
Me voy hasta allí a leerlo.
ResponderEliminar¡Qué buen título has elegido!
Un abrazo,
Voy a leerlo...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Voy para allá.
ResponderEliminarBesitos
Vuelvo de allí para decirte que me ha angustiado, que es muy bueno y que, aunque te ha costado parirlo, ha merecido la pena esperar.
ResponderEliminarUn beso y mucha suerte.
Pues a leerlo tocan, no me lo voy a perder.
ResponderEliminarVengo de leerte y releerte, eres muy bueno, amigo. La sutileza del relato es extraordinaria.¡cuantas veces los espejos nos enlanzan, sin trenzar palabras!
ResponderEliminarBesicos
Me encantó, que lo sepas.
ResponderEliminarBesitos besitos
Ya te dejé allí mi opinión -afirmo- mientras a tus pies me inclino sombrero en mano.
ResponderEliminarVoy para allá...
ResponderEliminarCon este , Ximens, ¡¡¡Te lo llevas calentito!!!
ResponderEliminarEnhorabuena.
Rosy
Hola, Ximens. Fíjate que acabo de leer (casi no entro: lo juro, no doy abasto) en facebook-despojos todos los comentarios que te han hecho los compañeros. Y ahora que ya te conozco in situ me alegro mucho de que tu autenticidad se contagie incluso por internet. No engañas, amigo, eres de antología.
ResponderEliminarHasta pronto.
Susana.
Te sigo por aquí y por allí, pero no precisamente en facebook que no lo uso. Fijo que nos volvemos a ver pronto, por lo menos yo a la presentación de despojos voy, sea donde sea.
ResponderEliminarHasta pronto, guapo.
Me iba a descubrir ante la atmósfera desdoblada del texto. Pero me day cuenta de que no llevo sombrero, se lo he dejado al tipo del escaparate. Magnífico.
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