sábado, 24 de noviembre de 2018

Conversación con mi peluquera

(Fotografía de Víctor Lax) 



Cuando se murió mi marido lo tuve claro, nada de llevar sus restos al cementerio de la Almudena y tener que ir los fines de semana a llevarle flores, novedades y reproches. Como además de mi pensión me quedó la de viudedad, decidí que esta me la gastaría en arreglarme. Así pues, lo incineraron y sin que nadie lo supiera tiré sus cenizas en el cine París. Entonces sí, cada vez que había estreno, compraba un clavel y me iba a visitarlo en mi butaca preferida. Nunca pensé que el cine cerrase, me disgusté cuando abrieron los Salones Reina, pero me vino bien. Empecé a venir a tu peluquería, me aviaba con mis mejores vestidos, me presentaba por parte del novio y me sentaba en la tercera mesa de la izquierda, donde aproximadamente reposaba mi marido. Hice buenas amistades. Si había promociones comerciales, allí estaba yo, no compraba nada y me traía el regalo. Sin embargo, como sabes, con la crisis el salón cerró y abrieron el  Mercadona. Mi marido queda justo en la sección de charcutería, estará contento con lo que nos gustaban las gallinejas, pero ahora sí, chica, me remuerde la conciencia y me he hecho vegetariana.

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Con este microrrelato he participado en la convocatoria del concurso Esta Noche Te Cuento, en el que se proponía crear una historia inspirada en la fotografía realizada por Victor Lax.

1 comentario:

Debido a la cantidad de spam que estoy recibiendo tendré que no admitir los "Anónimos".