
Al aeródromo de Cuatro Vientos se acercó Daniel con su mujer y sus dos hijos. Desde que perdió el trabajo y el Banco X se quedó con su piso viven en casa de sus padres. Ahora solo tiene que esperar a que se mueran y le dejen la vivienda. Al descubrir que el dinero que el usurero le había negado se había invertido en financiar la visita del representante de Dios en la Tierra, quiso compartir con su familia el buen fin dado a su miseria. Y allí vio al Diablo, en persona, con su traje azul y corbata roja, rodeado de púrpuras y su Santidad dándole la comunión.
(Cuadro: La purificación del templo, El Greco)