
Cómo pasa el tiempo. Cuatro años desde que te fuiste y me dejaste sola... Ya..., ya sé..., pero ellos tienen sus problemas, son otros tiempos, tanto trabajar para gastar y gastar y presumir. Dicen que el luto lo llevan en el interior, pero solo les veo divertirse. Debe estar muy dentro, pues ni por Los Santos han venido a verte. «Madre, nos vamos a Benicassim, a pasar el puente...», y aquí me veía yo sola, limpiando la sepultura para nada..., bueno sí, para ti y la zorra de tu hermana... ¡Bueno, ya sé!... Pero cuando vino no fue más que para traer unas flores de plástico, compradas en los chinos, que es roñosa hasta para eso... ¡Sí, me callo!... !No, eso no!, lo tumbó el viento cuando lo aparté para limpiar la lápida, se cayó, y se rompió porque también era barato... ¡Vale!, pero de algo tendré que hablar.
¿Sabes?, aquí al lado están enterrados los vecinos del panadero, sí, aquellos tan presumidos... sí, se mataron en un accidente con «mira...mi 4x4». ¡Pues no me callo! Ahora puedo decir lo que pienso, y mentarte lo que siempre callé. ¿Sabes el único reproche que te hago?... Pues que nunca te declaraste... Nunca, nunca... No querido, eso se lo dijiste al cura no a mí... Cuando yo te preguntaba me decías «sí», «que sí», «mucho», «también», ni un solo «te quiero»... ¿Cómo?... Perdona, pero fue tu padre el que se declaró al mío: «Juan, que veo a los muchachos muy encaprichaos, y antes que se engorronen es mejor apañarlos». «Sea, pero solo les doy la mula... ».
Sí..., es cierto..., nunca me lo dijiste pero me lo demostraste muchísimas veces... Qué sé yo lo que es mejor, nunca entendí de adivinanzas...
Esta raja mete el agua dentro, seguro... Mira que le dije al muchacho que viniera con la silicona, pero como sí nada... ¿El cristo?, pues de madera, el de cobre lo robaron... Si por ellos te meten en un nicho, pero me negué, quiero estar aquí contigo, pues fuiste un buen hombre... ¿Para siempre...?... Sí, apañado vas tú si te crees que te voy a dar otra mula..., y... ¡anda!, ¡échate para un lado!, que me estas clavando las costillas en la espalda.
¡Muy bueno, sí señor!
ResponderEliminarMe ha gustado tanto como aquello de "el día que uno de los dos se muera..."
Cuanta ironía y humor en ese monólogo!!
ResponderEliminarNo me esperaba ese final, creí que estaba fuera. Y el detalle de la cuñá y el luto ese que se lleva tan adentro que nadie lo ve.
Buen relato, amigo!!
abrazos
L;)
Mira que eres bueno, Ximens, para reflejar tan bien ciertos tipos de personas y maneras de expresarse.
ResponderEliminarPor ahí me quedo algo preocupada, ¿descansa en algún momento, de hablar digo? Si no ¡vaya eternidad que le espera!
Besos
Muy bueno Ximens.
ResponderEliminarMe ha recordado a Delibes en "Cinco horas con Mario"
Nada que añadir, tío, ya sabes lo que pienso... :):):):):):):):)
ResponderEliminarXimens, que te consagrás, amigo. Me ha encantado tu relato, más que nada el cómo lo cerrás, yo me imaginé que la mujer estaba viva, que había ido a llevar flores. Eso es buen manejo de la narrativa. ¡dicho por alguien que sabe de cuenteros....! jajajaaaaaa
ResponderEliminarAh! y muy buena elección de la fotografía.
ResponderEliminarMe encanta la ironía tan fina y elegante que derrochas en el desarrollo de la historia. Me encanta que podamos reírnos hasta de las cosas más serias. Me encanta que lo hagas sin caer en el chiste fácil. Me encanta cómo escribes.
ResponderEliminarDesde Córdoba, encantado de la vida.
Desde acá sigo leyendo tu blog
ResponderEliminarSaludos.
XDDDD Mira que haces buenos personajes! Muy bueno, me encantó, y además cada vez admiro más la capacidad de decir más en menos. Less is more!
ResponderEliminarMuy bueno, Ximens. Queda claro que se vive la muerte como se vivió la vida...y estos se siguen estorbando, ja,ja...
ResponderEliminarUna buena conversación, si señor,poniendo las cosas en su sitio y un relato cerrado magistralmente.
ResponderEliminarEnhorabuena, Ximens.
Miguel
No me esperaba ese final, jejej, estupendo. De los que gusta releer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me conformo con que mi matrimonio sea la mitad de entrañable que este. Eso sí, la declaración se la sacamos en el paripé, que la oigan todos ;)
ResponderEliminarPues mira, no lo conocía. No sé por qué, me traía a la memoria a "Cinco horas con Mario". Buenísima la voz de esta mujer. Y la de la otra, que ahora voy a decírselo!!
ResponderEliminarUn besazo
Es curioso, Miguelángel, te he llevado a "Cinco horas con Mario", lo mismo que pasó con mi hermano cuando lo publiqué en julio de 2011. Por cierto, que él también se llama como tú. Hace tiempo que no leo a Delibes, pero sí, mis historias también son castellanas, comuneras.
EliminarJeje, qué tierno mono-diálogo en estas fechas. Una historia de amor bien real, de ayer y de hoy y... "¿Para siempre...?... Sí, apañado vas tú si te crees que te voy a dar otra mula". Me ha gustado Javier :-)
ResponderEliminar