En Ibiza, enganchada entre sus
redes, un pescador ha recuperado un ánfora fenicia llena de lágrimas. Lo supo
por el aroma de llanto. Son de las mujeres de los pescadores que el mar se
quedó. Una de ellas, la más cristalina, le ha reflejado el rostro de su padre y
ha emitido la fragancia de su madre.
Después de abismar la vasija en el mar
y empujado por brisas de gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de
abrazar a su mujer y decirle a su madre que ya no hace falta que vuelva a
llorar en el acantilado.
* * *
Esta
versión en cien palabras del microrrelato «El pescador de lágrimas» ha
quedado finalista semanal del concurso Wonderland de RNE 4, del día 27 de
septiembre de 2014.