Como un vástago arrancado de la cepa
me sentí cuando tuve que abandonar mi tronco, mis surcos, el olor a tierra
regada, el sabor del tocino, el vino seco de la bota y a mi gente para ir a la
guerra.
Mi madre: aroma de heno, silencios amorosos,
aljibe de consuelos, troje de recuerdos, tacto rugoso de su lana. Su toquilla.
Mi María: aquel beso en los caños,
como brisa del atardecer, suave y tímido, pluma acariciando mis labios; su
cuerpo en la era, la cabeza sobre la albarda; el brillo de sus ojos, el cielo
en la tierra. Su chal.
Mi Carmencita: queso ahumado con
jaras, sabor a pan recién horneado, risas de jilgueros en flor, simiente de
esperanzas; acariciar su piel, pasar la mano por la mies. Su mantilla.
La matanza. Cuerpos socarrados
abiertos en canal. Barrigas hinchadas. Carne chamuscada. Tripas serpenteantes.
Moscas a la sangre coagulada. Chicharras con gritos de espanto. Miradas acres
de árboles calcinados. Hedor de cadáveres sazonados con pólvora. Matarifes en
retaguardia.
En el rastrojo, entre espigas
humanas segadas y con el cielo azul por mortaja, veo tres estrellas de luto:
decidles que no me esperen para la vendimia.
* * *
Publico el microrrelato en los Montes de Toledo puesto que me gusta tener aquí todos los publicados en la red, y como ya lo hizo Francisco Erre en su blog "Palabras mal dichas" como regalo de mi cumpleaños, pues eso.
ResponderEliminarEste micro es un homenaje a mi padre y todos los que lucharon en la Batalla del Ebro.
Vaya, Ximens, qué prosa tan evocadora. Tal vez desayuné poco y por eso ahora tengo una flojera nostálgica. Muy hermoso. Felicidades también.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Es un homenaje a tu padre y un tesoro para nuestra memoria.
ResponderEliminarMe ha emocionado.
Besos.
Es una prosa poética con todas las de la ley. Me recuerda mucho a Julio Llamazares y su La Lluvia Amarilla, por esa manera de expresar las realidades, de contar lo cotidiano que sufre muchas veces el desprecio de lo importante. Muchas veces lo bello está en lo que algunos definen como poco importante.
ResponderEliminarSaludos
Javier ¿Cómo podemos conseguir el libro? ¿Esta en todas las librerías?
ResponderEliminarAbrazo
Miguel, En el enlace aparece la compra online, no obstante pásate por Tres Rosas Amarillas que si no lo tienen te lo consiguen.
EliminarDesgarrador relato y si además tiene una base familiar y verídica más aún.
ResponderEliminarPues sinceramente muy bueno, es más buenísimo.
ResponderEliminarabrazos Ximens
Enhorabuena, perfecto para esa Antología y así lo releo, con la boca abierta.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
No cabe duda que eres un genio amigo, la poesía de tu prosa subyuga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso. Una joyita.
ResponderEliminarEs un gran relato Ximens. Para leerlo y releerlo.
ResponderEliminarXimens. Te has empleado a fondo. Se nota. Enhorabuena por la publicación. :)
ResponderEliminarMuy bueno, Ximens. Me ha gustado mucho sobre todo la frase de las "tres estrellas de luto". Poesía hecha prosa. Precioso.
ResponderEliminarAbrazos
A esta alturas, ya debes tener muy claro cuanto me gusta este micro. Me emocionó, cuando lo leí, me volví a emocionar al leerlo en la radio y sigue poniéndome un nudo en el corazón hoy cuando lo vuelvo a leer de nuevo.
ResponderEliminarHermoso homenaje.
Besitos
Esta pieza -¿cuántas veces te lo habré dicho ya?- es una joya, uno de esos microrrelatos que me hacen disfrutar y defender al género. Uno de mis preferidos, vamos; pero sólo de los que tú has escrito, sino de cuantos he leído hasta ahora.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerlo aquí, en estos montes tan tuyos, tan nuestros.
Un abrazo,
Vaya Javier, casi me deja regustillo a prosa poética y eso en tí, es raro. Sea micro o prosa, es un verdadero tesoro. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarCoincido plenamente con el amigo Pedro, es una joyita de esas que te hacen releer y releer y no cansarte. Su prosa es de esas que a mi me encantan pero que muy pocas veces practico en formato tan breve. Merece un aplauso, y dos, y tres, y aunque ya lo había leído....me sigue gustando leerlo. ¡Bravo!
ResponderEliminarUn besazo y hasta mañana. :)
Un despertar de añoranzas, de recuerdos. Un relato hermoso que me ha emocionado.
ResponderEliminarSaludos afectuosos
Ximens quedo absorto ante lo magistralmente que presentas ésta combinación del terror real que vive quien deja atrás sus afectos para vivir la carnicería de la Guerra.
ResponderEliminarUn abrazo.