viernes, 17 de julio de 2015

La morgue doméstica


            Todas las viviendas deberían tener una morgue. Igual que disponen de cuarto de baño en el que asearse, cocina donde transformar los productos en alimentos, comedor para reunirse y dormitorios en los cuales descansar, tendrían que tener habilitada una estancia en la que depositar todas las desavenencias profesionales, familiares y personales, todos aquellos monstruos que nos amargan la vida. Al regresar del trabajo entrar directo en ella y dejar allí las voces del jefe, los insultos a los empleados, el cabreo con los políticos, el aliento alcohólico, las infidelidades. Al salir de casa arrinconar los sofocos con las facturas y las calificaciones de los hijos, los desamores, las mentiras, las declaraciones de la renta. Un aposento que nos haría la vida más feliz. Se lo propuse a mi familia, en plan experimental coloqué una urna en el vestíbulo y al entrar o salir tirábamos los problemas, los disgustos, las discusiones. Por la noche, cuando bajaba la basura, también la vaciaba. Entre los restos aparecían la botella, el mal humor, los gritos, mis arañazos. Una noche fueron mi marido y mis hijos los encargados de esta labor, me sorprendió verme dentro de la urna y que no la retornaran a casa.

* * *
Con este microrrelato he participado en el concurso Esta noche te cuento en el que en homenaje al centenario de La metamorfosis había que incluir cualquier tipo de monstruos.
AQUÍ podéis leer a los ganadores y finalistas.

15 comentarios:

  1. Ximens es un relato muy bueno, ya te comenté en su día en ENTC la originalidad del texto.
    Creo que es una buena solución la que planteas para eliminar las malas cosas del día a día, lo malo es que nos pase como le sucedió a tu protagonista.
    Un saludo
    Puri

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  2. De terror, vaya! Para propiciar las buenas relaciones entre familiares...
    Es original la idea.
    Abrazos

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  3. Siempre me han fascinado los relatos con sabor de Kafka.
    Acabo de leer el suyo, el cual me agrada.

    Saludos

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  4. Ya me gustó en su momento y así lo comenté en ENTC. Ahora lo reitero. Un abrazo veraniego, Javier, que no monstruoso.

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  5. Estupendo este relato Ximens, habilitar un lugar donde dejar a los monstruos... Y mira por donde ella termina ahí... Uf.

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  6. Me ha encantado la idea, Javier. Me ha gustado tanto cuando he empezado a leer que hasta olvidé que estaba leyendo un micro y de repente, zás, se terminó. La verdad es que estaba tan concentrado que he pensado ¿por qué se termina ahora?
    Vamos que el micro me ha gustado mucho pero la idea muchísimo más.

    Un saludo.
    PD. No sé si ganaste o no, ni si te mencionaron, pero a mí solo me interesan los micros que escribas tú.

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  7. Al margen de tu genialidad, la verdad es que ese cuarto del desahogo tendría que estar en cada vivienda, como cuentas, pero me temo sería la habitación mas grande.

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  8. Al margen de tu genialidad, la verdad es que ese cuarto del desahogo tendría que estar en cada vivienda, como cuentas, pero me temo sería la habitación mas grande.

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  9. Al margen de tu genialidad, la verdad es que ese cuarto del desahogo tendría que estar en cada vivienda, como cuentas, pero me temo sería la habitación mas grande.

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  10. Enorme relato Javier. Igual a la familia le gustaba más tener sus desavenencias y penas a la mano. Triste final.

    Abrazos

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  11. Me encantó este relato tuyo amigo Javier. Y he regresado para releerlo porque ya lo hice allá por el mes veraniego desde mi movil desvencijado.
    Entonces no te lo dije porque las wifis mundiales no me dejaban hacerlo, pero hoy regreso para decirte: que yo también he colocado una urna de "despojos caseros" y ahora, ahora sí, que sí, que somos un poco más felices. GRACIAS. :)

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  12. Este relato no lo llegué a leer en su día, pero me alegro de hacerlo ahora. Es una idea genial y está muy bien escrito. No me gustaría verme en la situación de la señora en cuestión.
    Un abrazo bien grande

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