Todas las tardes, antes de la puesta del sol, Gloria se cruza con Emilio. Ella camina hacia la iglesia a rezar las cuentas de su rosario. Él se dirige a la taberna a orar con sus chatos de vino. Cuando se trenzan sus miradas —dulces, tristes, silenciosas—, los corazones palpitan una danza desbocada y, aunque no se dicen nada, las sombras de sus almas —tercamente jóvenes— rumian las fiestas del Carmen de hace cincuenta años. Bailaron durante toda la noche y se enamoraron para siempre... pero las tierras de sus padres no lindaban.
Un cierre del micro formidable, Ximens. ¡Cómo me ha gustado!
ResponderEliminarAnécdoticamente, dí con esa imagen hace unos días, dado que lleva tiempo rondándome una historia de sombras. No la descargué, pero me quedé con ella.
He disfrutado con tu micro.
Abrazo.
Estupendo relato!!!Y la frase final me parece sublime.
ResponderEliminarQué tristes son estas historias donde el amor no puede triunfar por encima de todo. Me ha gustado mucho, y la ilustración que lo acompaña lo enmarca perfectamente.
ResponderEliminarEsa frase final cierra perfecto el micro. Has creado una triste historia de amor con esa imagen.
ResponderEliminarSiento decirtelo pero me encanta, ahora cuando vea esa foto me acordaré del micro.
Ximens, bonito texto. Esos amores que no fueron, esos corazones que no se unieron, por los lindes, por la vida. Siempre hay oportunidad para el amor, esto será como "el amor en los tiempos del cólera".
ResponderEliminarBonita foto.
un abrazo
Tanta tristeza ahí encerrada... directo al corazón tu microrrelato, Ximens.
ResponderEliminarUn saludo
Ximens, me encanta ese amor platónico, silencioso que no deja de ser amor, que hace que al cruzarse palpiten sus corazones. ¿Necesitan más?
ResponderEliminarEstupendísimo miro.
Abrazos
L;)
Bonito y triste.
ResponderEliminar¿Por qué no se lanzan ya después de tanto tiempo y se dan una oportunidad?.
Me ha gustado muchísimo.
Un abrazo.
Precioso relato acerca del amor idealizado.
ResponderEliminarIncluso queda abierto que pudo consumarse la noche del baile.
Sólo el haber continuado la relación les hubiése convertido el sueño en realidad, o despertarlos.
De cualquier forma queda en los grandes recuerdos.
¿Y por qué no había venido yo por aquí antes?
ResponderEliminarCraso error que subsanaré ahora mismo. O sea, que me quedo contigo, Ximens.
Este microrrelato me ha llegado al corazón. Es una maravilla.
Un abrazo.
Muy buen micro, Ximens. Cuenta en muy pocas palabras una tierna historia de amor.
ResponderEliminarGracias por el disfrute y un abrazo.
Éste sí que es un microrrelato excelente. Pero, dejando de lado los tecnicismos, como simple lector me emocioné con esos dos. Si vieras mi sombra, ella baila en la pared al son de este texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Por cierto, creo que tu comentario en mi espacio fue muy acertado... lo del troll, digo.
Excelente micro, Xiemens. Amores de los de antes que parecen chocar sobremanera con la banalidad, aparente al menos, de los de ahora. Aunque siempre las pasiones acaban colandose por los resquicios que les dejan, como en este caso, en el instante fugaz de ese cruce de caminos en la tarde.
ResponderEliminarEnlazare mi blog al tuyo y te invito gustoso, si te apetece, a que hagas los mismo con el mio: www.eldiaquefuimosdioses.blogspot.com.
Disculpa la falta de acentos pero no se me recogen en el texto. Saludos cordiales
GabrielPalafox/Fco. Rodrguez Tejedor
y cuando dos cosas no lindan...
ResponderEliminarUna pregunta: ¿Qué fue primero, la imagen o las palabras?. Cualquiera que sea la respuesta, ambas me llevan al mismo adjetivo: genial. Genialidad esconde este hilvanar, este casar imagen y palabras de forma tan certera. Lindan perfectamente en este caso, imagen y palabra. Saludos
ResponderEliminarHola Isabel:
ResponderEliminarHace unos meses encontré la imagen y la guardé. Con posterioridad surgió el relato, basado en la foto pero procurando que sobreviviera sin ella.
Gracias por tu comentario.
Muchas gracias también a todos los que dejáis vuestro comentario.
espléndido relato e imagen...
ResponderEliminarLa historia de un amor contada magistralmente en SEIS LINEAS. ¿Alguién puede superarlo? Magistral, Ximens,magistral micro.
ResponderEliminarUn abrazo
Miguel
que buen relato y que cierto estos amores callados por cosas tan vanales.¡¡
ResponderEliminarme encanta!
ResponderEliminarEsto es de una delicadeza asombrosa.
ResponderEliminarDios, cómo me gusta. Es que es genial. Es que cuentas toda una vida en..., a ver... cinco, seis líneas. Deliciso, Ximens.
ResponderEliminarY yo sin conocerte hasta ahora...
Ay, no sé que me gusta más si el trenzar de sus miradas o el título tan romántico!!!
ResponderEliminarMe encanta lo que te leo... un abrazo grande!
¡Una belleza me hiciste emocionar, muy romántico!!!
ResponderEliminarUn saludo desde Buenos Aires.
Neli ☼
Menos mal que Gdansk y Majadahonda sí lindan ;) Muy tierno, de mis favoritos!
ResponderEliminar¡Qué triste! Pero qué bonito Ximens, ese amor callado que solo las sombras se atreven a recordar, la verdad que me hubiera gustado que esas sombras se abrazasen y los arrastrasen a ellos, pero eso no es posible ¿Verdad?
ResponderEliminarMe encantó, un abrazo.
Brutal.
ResponderEliminarQué bueno!.
ResponderEliminarCuantas situaciones como la que narras existen por ahí...
Besos.
Enhorabuena! Si es que es precioso!!!
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