(Foto de Valentín Vega)
Fue un
chaval sigiloso y atrevido, siempre salvaba a los compañeros en los juegos
infantiles. Era al que se le ocurrían las mejores travesuras, como la de
colocar el cubo de agua con polvo de tiza encima de la puerta a la espera de
que entrara el maestro; el más audaz con las chicas, el único que consiguió un
beso de Milagritos, la inaccesible hija del alcalde; solidario con los amigos,
compartía el bocadillo de la merienda; generoso, te perdonaba los cromos y las canicas.
Y fuerte, fuerte como un formón de arado, él solo sujetó la puerta de la cuadra
mientras que nosotros huíamos por la gatera del pajar. Aguantó toda la tortura
en el cuartelillo y aun sin uñas no nos delató. «Por mí y por todos mis
compañeros», dicen que gritó antes de que sonara la descarga.
* * *
Con este microrrelato he quedado finalista en el Concurso de Lamicrobiblioteca correspondiente al mes de mayo, junto con María Fraile y Agustín Martínez Valderrama. La ganadora fue Mei Morán.
Pues magnífico por esa elipsis temporal de la niñez a la milicia que cuenta tanto como el mismo relato. Y no conocía la palabra "formón" (sacabocados) así que se agradece. Y enhorabuena.
ResponderEliminarTambién se trata de una pieza de hierro, de unos cuarentas centímetros de largo y cuatro de grosor que se coloca en las rejas de los arados y va rompiendo la tierra al arar. Las vendíamos en el comercio que teníamos. Gracias por tu comentario.
EliminarMuy bueno y entrañable
EliminarUn abrazo
Fus
Enhorabuena, Ximens, un libro de la Microbiblioteca sin un relato tuyo no es un libro de la Microbiblioteca. Me gusta mucho tu relato, bien narrado, sencillo (en el mejor sentido de la palabra) y emotivo. Un abrazo sevillano.
ResponderEliminarXimens, lograste que me devolviera a mi mocedad, donde perdí la inocencia por iniciativa de una morena de pueriles trenzas.
ResponderEliminarXimens, lograste que me devolviera a mi mocedad, donde perdí la inocencia por iniciativa de una morena de pueriles trenzas.
ResponderEliminarXimens, lograste que me devolviera a mi mocedad, donde perdí la inocencia por iniciativa de una morena de pueriles trenzas.
ResponderEliminarHola, Ximens! Esa foto revela tu héroe que va muy con el relato.
ResponderEliminarQuizá guste por la sencillez como lo has escrito.Yo me quedo especialmente con el final, porque va a más y donde yo creo, que echas toda la intención.
ResponderEliminar¡Felicidades!
¡Enhorabuena por esa mención! El micro lo merece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con tu marca. Y marcado por la realidad histórica que esperemos jamás regrese.
ResponderEliminarEnhorabuena por el premio.
Enhorabuena Javier, un buen relato que merece estar en ese libro
ResponderEliminarMuy buen relato, Javier, desde pequeños ya se nos ve venir. Enhorabuena por tu inclusión en el libro. Un abrazo
ResponderEliminarEnhorabuena Ximens. Es un buen relato que me ha recordado muchas cosas pasadas.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Enhorabuena; hay épocas en las que el escondite era un juego que salvaba vidas.
ResponderEliminarMe has hecho volver al colegio..... Enhorabuena, vuelves a ser tú!!
ResponderEliminarMuy bueno. Esos héroes casi anónimos siempre han existido, por lo menos en nuestros tiempos.
ResponderEliminarHalaa!!! FELICIDADES!!! Y en Lamicrobiblioteca... Muy bueno, Ximens. Y con ese cierre tan "querido y usado" en nuestra infancia (cómo sabes tocar la fibra sensible).
ResponderEliminarUn abrazoooo
Triple salto temporal que acaba en salto mortal, Ximens.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Ximens.
ResponderEliminarEl micro es perfecto.
Una primera parte cargada de inocencia donde nos hablas de un juego infantil que está en la memoria de todos . Una elipsis brutal, pero que le da mucho juego al texto. Y un remate estremecedor.
En fin, lo conseguiste y te felicito.
Un abrazo muy grande.
Muy bueno Javier, excelente, como se te hace costumbre.
ResponderEliminarFelicidades, Ximens!
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