Me he comprado unas
gafas que detectan el calor del cuerpo humano y permiten ver en la oscuridad.
Las llevaban unos soldados en una película moderna de esas que no entiendo. A
mí las que me gustan son las que veía contigo, dados de la mano, en la última
sesión de los sábados en el cine Coliseum, las mismas que luego volvieron a
televisar presentadas por Carmen Sevilla. Por eso he pedido a nuestro nieto que
me busque a buen precio una colección del cine español.
En estas largas
vigilias de insomnio y soledad me siento como encerrado en una filmoteca donde
reponen todos los recuerdos. A veces lloro, igual que con las torturas en «El
crimen de Cuenca», por un delito del que no soy responsable: sobrevivirte. Mas
ahora volveré a ver las películas en mi habitación, con la luz apagada, y me
reiré hasta perder la dentadura. Además, las noches que sienta tu calor a mi
lado me colocaré las gafas esas, te daré la mano y te veré como cuando
estábamos en la penumbra del cine, aunque sea todo en verde.
* * *
Con este microrrelato he participado en la propuesta del mes de octubre (...en aquella película de los 70) del concurso «Esta noche te cuento». Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.
Eres un mago para conmover. Precioso relato.
ResponderEliminarEs increíble. Eres un fenomenal retratista de momentos, de vidas paradas en el tiempo. Me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarEmocionante, que viene del verbo emocionar.
ResponderEliminarMuy bueno papá
=')
increíble que tan pocas palabras digan tanto, yo necesito muchas, curiosamente para tí sólo una:Hermano,
ResponderEliminarmuy emotivo, felicitaciones
ResponderEliminarPrecioso, nostalgia y soledad de color verde en las noches eternas. Con pocas palabras sigues haciendo que me emocione, Javier.
ResponderEliminarabrazos enormes
Bonitoooooooooo. Gracias Ximens.
ResponderEliminarCuanta nostalgia está reflejada en este micro, has conseguido emocionarme, los recuerdos son parte de nuestra vida y el cine forma parte de ellos.
ResponderEliminarUn saludo Ximens y gracias por compartir .
Puri
Lo bueno de éste y otros relatos que he tenido el gusto de leerte es que son de una sinceridad narrativa espectacular. Lo que cuentas lo haces cercano y sincero. Ximens precioso el relato y lo de reírse hasta perder la dentadura" jajaja. Eres un crac. Abrazos
ResponderEliminarMuy bueno, Javier. Nostálgico y cercano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta por su naturalidad y ternura. Muy bien contado, Ximens. Eres un artista.
ResponderEliminar¡Uy! se me ha ido.No sé si me repetiré, pero te decía que me gusta por su naturalidad y ternura. Eres un maestro, Javier.
ResponderEliminarUnas líneas repletas de sentimiento con esa batalla última o penúltima que trata de la soledad, de sobrevivir a la amada, de afrontar unos últimos pasos con la vista cansada pero el corazón muy vivo.
ResponderEliminarMe encanta este micro. Creo que vuelcas en él a un personaje de los nuestros, de los de a pie, un héroe de nuestros días.
Un besazo amigo Ximens.
La imaginación todo lo puede. Quee el verde sea la esperanza.
ResponderEliminarBesos
¡Viva el cine de barrio! Y tus relatos.
ResponderEliminarMuy tierno!! Qué bien describes ese cúmulo de emociones cuando se sobrevive sin desearlo al ser amado. Uf, me has conmovido totalmente...
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