Combate
entre el Carnaval y la Cuaresma
- Bruegel el Viejo, 1559
En el año 2000, toda Hispania estaba ocupada por los
cristianos... ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles toledanos
resistía aún al evangelizador, por ello, la jerarquía romana envió al padre
Marcelo Rámiz, extremeño, un auténtico templario, para que les sometiera a la
Fe Verdadera. Al llegar a aquel pueblo perdido entre los montes tuvo que
decidir si exterminaba a los nativos con plagas celestiales o se integraba en
sus costumbres paganas y —lobo a oveja— atraía a las bestias al rebaño divino.
Don Marcelo vio la oportunidad cuando el cielo les cayó encima y el diluvio se
llevó el salón de baile.
Catorce años después no se entiende ningún carnaval sin
la fiesta de máscaras organizado en las dependencias parroquiales. Adelanta el
tapado de imágenes para que no vean el bautismo de vírgenes, la comunión de
nalgas, la confirmación de perversiones sexuales, la consagración de deseos y
la resurrección de pasiones jubiladas. Mientras entre los bancos, capillas y
confesionarios se festeja la bacanal de la carne, con la pila bautismal rellena
con el mejor vino de misa, el cura Marceloramix —desde el púlpito— hace
inventario de los ausentes para el informe al obispado de los cristianizados en
el ejercicio.
***
Con este microrrelato participo en la
propuesta del mes de febrero (con el tema «en la fiesta de máscaras», «Esta noche te cuento»
Ilustradora del mes: Sara Lew
Amén.
ResponderEliminarSaludos
Estos curas siempre han sido muy taimados...
ResponderEliminarUn abrazo,
Magnífico Ximens, me ha encantado esa mezcla de historia, costumbres, perversiones y todo las falsedades de la hipocresía. Vuelvo a rfepetirte, que MAGNÍFICO.
ResponderEliminarPor cierto, te contesté en mi blog y no sé si lo has visto. la imagen de mi blog es: La Fortaleza de la Mota de Alcalá la Real, ni ciudad.
Besicos muchos.
JAJAJA que buenas risas con los invencibles galos y ahora con los toledanos!!!
ResponderEliminarBss
Ximens, nada más comenzar a leer, me has arrancado una sonrisa al hablar del pueblecito encerrado entre montes. A partir de ahí me he ido imaginando la acción en el mío que cumple todos los requisitos para ser el protagonista.
ResponderEliminarQué buen rato he pasado!.
Suerte!.
Un abrazo.
Magnífico Javier, con un vocabulario rico y rizando el rizo con una sonrisa de por medio.
ResponderEliminarabrazos enormes
Bueno, pues ya ando por aquí a quedarme leyendo tus estupendos cuentos. Con la sonrisa puesta todo el rato. Este relato tiene mucha miga y espero que gane.
ResponderEliminarBesos
Hola, Ximens.
ResponderEliminarTe lo dejé dicho en ENTC... Me tengo que dejar caer por tus montes.
Muchísima suerte.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSiempre tan acertado y fino. Desde luego que se te da bien esto de construir mundos alternativos tan cercanos y divertidos. Ya sabes que los extremeños son cabezones, no podía ser de otra manera. Un aplauso, maestro.
ResponderEliminarQue locura!.. Aquello de resurrección de pasiones me suena familiar!
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