A
la isla de Lesbos ha llegado un pecio remado por una docena de esqueletos. El
que ejerce de capitán, un tal Euríloco,
ha narrado que huían de la aniquilación de Troya y que tras el hundimiento de
la nave —consecuencia del huracán que Céfiro había enviado sobre ellos, azuzado
por Zeus en castigo por haberse comido las vacas de Helios— paletearon por el
fondo del mar todo lo deprisa que sus huesos —ya desprovistos de carne— los
permitieron. Cuenta que habrían llegado aún más tarde si no hubiera sido por
los centenares de ahogados que han recogido en los últimos meses. «Si
bien han caído cuerpos de mujeres y niños, han sido los de los hombres los que
con sus músculos nos han ayudado a remar más veloz». Cuando las autoridades han preguntado por
ellos, Euríloco ha respondido que no han querido desembarcar, que se han
limitado a enterrar a sus hijos en la playa y han regresado al lecho marino.
«Nos han advertido que en estas tierras llamadas ahora Europa habitan unos hombres
que se hacen los ciegos y son más inhumanos aún que los monstruos que hemos
conocido —esto es un sin parar para nosotros—; también nos han contado que ya
solo existe un dios, pero que no se ocupa de ellos. Esto, claro, no nos lo
hemos creído».
Euríloco ha preguntado si sabemos
algo de un tal Odiseo que logró salvarse agarrado al mástil del barco a pesar
de que también comió vacas.
***
You see bones, by Kimded
***
Con este microrrelato
participo en la Primavera de Microrrelatos Indignados de 2016, que con el tema
de «Refugiados» ha organizado Miguel Torija Marti. En su blog La colina naranja
encontraréis todos los autores y microrrelatos participantes.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa humanidad devorada por sí misma y con miedo de lo diferente. Lo peor lo tenemos dentro. Lo mejor, también.
ResponderEliminarLo de las vacas, habrá que probarlo.
Abrazo
Literatura pura para reflexionar sobre la realidad.
ResponderEliminarAbrazos
Duro y contundente, buena comparación con la mitología, pero amigo, la cruda realidad es esta la que tan bien has relatado.
ResponderEliminarGracias por ser el primero en mi alambrada.
Besicos.
Yo creo que el fondo del mar, de determinados mares, algún día se alzará contra los que lo alimentan de este modo. Genial, como siempre.
ResponderEliminarTremendo relato. Yo quiero creer que el Mediterráneo es en realidad un pequeño mundo en sí mismo que acoge a todos los que naufragan y les dan una nueva vida que la vieja y obsoleta Europa se niega a proporcionar. Gracias por el relato y por reivindicar la mitología!
ResponderEliminarPoniendo el dedo en la llaga y una sonrisa, qué difícil.
ResponderEliminarY qué horror ese mar lleno de ahogados en el que avanzan esqueletos del pasado.
Me ha encantado Ximens, muy apropiado. Hay una frase del Canto IX de la Odisea que me encanta, y que es muy apropiada para adornar tu relato y callar a tanta gente que aborrece de la emigración y de los refugiados, como si quisieran "invadirnos". Es cuando Ulises se justifica de abandonar la opulencia que le ofrecían tanto Calipso como Circe: "No hay nada más dulce que la tierra de uno y de sus padres, por muy rica que sea la casa donde uno habita en tierra extranjera y lejos de los suyos".
ResponderEliminarPues eso, que si vienen por algo será. Ni tenemos memoria, ni humanidad.
Javier, somos tan inhumanos que los Dioses, en caso de existir, se asustarían de nosotros. Muchos refugiados si no mueren en la guerra, perecen en la huida. Deberíamos hacérnoslo mirar, pero mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
La mitología traída a nuestros días, aplicada a una tragedia a la que asistimos a diario. "Ya sólo existe un dios, pero no se ocupa de ellos". Una frase que dice casi todo.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
Duro y certero tu relato, me ha encantado esa recreación mitológica. Como siempre un placer pasar por aquí y degustar tus letras. Y una pena que ahora no tenga apenas tiempo de más. Abrazos Javier.
ResponderEliminarTerrible escenario que contemplamos cada día, sin que los dioses, los semidioses ni los humanos hagamos nada consecuente parar esta tragedia.
ResponderEliminarAbrazos
(te diría que es muy bueno, pero me puede lo dramático)