sábado, 13 de febrero de 2016

La isla de las ondas perdidas

(Der Früchtekranz, Peter Paul Rubens)

            Hay en el cielo una isla de nube a la que llegan todas las ondas radiofónicas que no son escuchadas por nadie. Como las olas del mar que traen la arena, las ondas van dejando las conversaciones, la música e incluso las interferencias en su litoral de agua. Casi todas las tardes bajan a la playa de gotas unos angelitos a jugar con las palabras, las notas musicales y los ruidos. Los querubines construyen castillos de letras, con enes como almenas, oes de troneras, aes de puertas y eles de puentes levadizos. También escarban pequeños hoyos en la niebla, se cubren con oraciones y al levantarse dejan huecos por los que se filtra la luz divina que llega a los hombres. A los serafines les gusta recolectar notas para componer y cantar las alabanzas, recogen semifusas que se colocan como peines entre los rizos, se acercan claves de sol al oído y escuchan el sonido de los humanos. Algunos tronos que iban para diablillos cogen los ruidos y los hacen chocar entre sí, suenan como truenos en días despejados y los hombres alzan la vista hacia el cielo.
            Solo cuando llegan llamadas de socorro les avergüenza bajar a jugar.

* * *
Con este microrrelato participo en el concurso Esta noche te cuento  que con motivo del Dia Mundial de la Radio había que inspirarse en la radio.

AQUÍ podéis leer el relato en la página de los organizadores.

7 comentarios:

  1. La idea de un espacio en el que se reúnan todas las ondas de radio no escuchadas es un hallazgo, creo que es tan así que podrías desarrollar la idea con mayor potencia. Es una opinión, claro.
    Sea como fuere, que en el concurso te vaya muy bien, hasta un tercer lugar es digno, después son "despojos" ;)
    Un abrazo grande.
    HD

    ResponderEliminar
  2. Las ondas escuchadas por nadie, buena metáfora Javier, cada vez somos más sordos, escuchamos y leemos menos. Espero que haya muchas nubes dónde puedan ser recibidas las palabras perdidas.

    Precioso tu relato.

    Un abrazo enorme, querido amigo.

    ResponderEliminar
  3. Bueno, hermano, este no es tu estilo pero ¿cuál es?, todos los manejas al dedillo y este, con ángeles y nubes, con gotas, y palabras que se pierden te queda bien. incluso esos vergonzosos que se resisten a bajar de su nube cuando las papas queman, son tan simpáticos que no podemos culparlos por los errores humanos.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Hola Javier!!!!
    Me he imaginado a esos angelitos jugando en la orilla, con las palabras, con la música, chocando ruidos.
    Y nosotros, tantas veces haciendo oídos sordos a tanta belleza escrita, a tanta buena música.
    Un abrazo!!!!

    ResponderEliminar
  6. metáforas de palabras invaden mi mente cuando te leo
    gracias

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué lindo y qué tierno! Aunque esos angelitos estarán más tiempo tristes que alegres, viendo nuestros desastres.
    Besos besos

    ResponderEliminar

Debido a la cantidad de spam que estoy recibiendo tendré que no admitir los "Anónimos".