martes, 2 de abril de 2013

De gigantes, incrédulos, locos, cuerdos y el grande daño del cierre de las librerías

(El episodio de los molinos, Apeles Mestre)

            «Cuando moraban los gigantes, el dios de turno, celoso de que adoraran al Viento, le dijo a Montiel: "Si quedan diez gigantes justos..."». Las palabras de don Pedro, consagrado en Sigüenza y hombre de un solo libro, eran escuchadas con atención por los niños de la catequesis, que aprovechando la tarde primaveral se impartía a la sombra del molino. «Como no los encontró, le mandó huir con su familia», continuó el cura con su particular historia de Lot. «Fue tal la destrucción que no pudieron dejar de mirar atrás y los convirtió en molinos de cal. Ninguno sobrevivió y esta tierra quedó manchada». Estando en estas se oyó una voz atronadora y hueca que procedía del molino:
            —¡Ay! ¡Frestón, Frestón!, que únicamente Don Quijote descubrió tu embrujo. Devuélvenos nuestra gigantesca apariencia para que esos incrédulos dejen de considerar loco al único cuerdo que por estos Campos ha pasado.
            No se sabe si fue por el no respirar de los niños, pero levantose un aflato que hizo mover los brazos de Briareo que asieron la sotana del clérigo y lo aventaron.
            —Y no te olvides, Frestón, de desmurar los aposentos de los libros para que la gente lea —resonó.

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Ilustrador del mes: Vicente Mateo Sierra -tico


Con este microrrelato he participado en la propuesta del mes de abril (con el tema «Caballeros») del blog Esta noche te cuento. Su objetivo era «encontrar inspiración en Don Quijote». 

Picad con vuestra espada AQUÍ  para leer el romance de caballería y los juicios recibido en la hacienda de los organizadores.

7 comentarios:

Debido a la cantidad de spam que estoy recibiendo tendré que no admitir los "Anónimos".