(Guardia Civil, de Ernest Descals)
El
cabo Martínez presumía ante su mujer —analfabeta y observadora— de ser más
rápido y sagaz que cualquiera de los investigadores que aparecían en las
novelas policíacas que le prestaba el boticario. Ni Poirot, ni Holmes, ni
Dupin, ni la mismísima Miss Marple, ni su colega el brigada Bevilacqua
descubrían al criminal antes que él. Su método era infalible por la sencilla
razón de que siempre empezaba la investigación literaria por la última página.
Ella
asentía sin dejar de tejer unos gruesos calcetines para los pies fríos de su
marido, sabía que la cabeza la tenía caliente bajo el tricornio.
* * *
Este microrrelato ha resultado finalista semanal el 12/03/2016 en el programa Wonderland de Ràdio 4 de Radio Nacional de España. Pincha AQUÍ si quieres leer en la página oficial el ganador y los otros finalistas.